Desde hace algunos meses que en Bolivia los precios de la canasta familiar no han parado de subir. En el último mes, algunos productos básicos como el pollo, el arroz y el aceite, han subido de precio y se ha visto un menor abastecimiento en los mercados, lo que ha llevado al Gobierno a tomar algunas medidas que han generado controversia, como el veto temporal de las exportaciones de aceite o la creación de una empresa avícola en La Paz.
Este jueves se reunieron representantes de los productores y gremiales de Santa Cruz de la Sierra para analizar la situación económica del país y las medidas asumidas por la administración de Luis Arce. En una conferencia de prensa conjunta, criticaron las políticas del Gobierno para contener los precios de la canasta básica y advirtieron que éstas podrían empeorar la crisis que enfrenta Bolivia.
“El Gobierno pretende profundizar el modelo del intervencionismo y restricciones a las cadenas productivas. Estas medidas, lejos de ser una solución a la escasez de productos, han demostrado en Bolivia y en otros países que son la mejor receta para profundizar la misma y a futuro genera mayor desabastecimiento para la población”, afirmó Édgar Álvarez, dirigente de los gremiales.
En las semanas pasadas, el Gobierno dispuso al menos dos medidas polémicas para garantizar el abastecimiento interno y la estabilidad de los precios en algunos productos. A inicios de mes y durante diez días, vetó las exportaciones de aceite refinado de soya e intervino ingenios arroceros en el norte de Santa Cruz con el objetivo de entregar la producción a la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), una entidad pública encargada de garantizar el abastecimiento de alimentos.
El Gobierno sostiene que la variación en los precios y el desabastecimiento periódico de ambos productos se debe al agio y la especulación, porque algunos intermediarios no estarían cumpliendo con los compromisos de entrega acordada.
En paralelo, se anunció la creación de una empresa estatal avícola en La Paz para enfrentar el alza en el precio del pollo y se inauguró una planta transformadora de subproductos de soya en el municipio San Julián, en Santa Cruz. Los productores agropecuarios consideran que en vez de crear más empresas públicas, el Estado debería fortalecer e impulsar a los sectores avícola y soyero.
Para el dirigente gremial, estas medidas no son más que un “show mediático” y que el Gobierno no ha aplicado medidas de fondo para resolver la crisis financiera que atraviesa el país.
Desde hace casi dos años que los bolivianos sienten una afectación en su economía. Bolivia tuvo una década de bonanza gracias a la exportación de los hidrocarburos pero la caída en la producción de sus campos mermó sus ingresos y sus reservas internacionales. El presidente Arce atribuyó la crisis principalmente a una mala gestión de la industria hidrocarburífera en el Gobierno de Evo Morales (2006-2019) y a un contexto internacional adverso.
A inicios de 2023, empezaron a escasear los dólares en el país y los bancos limitaron las transacciones en esa moneda, lo que ha derivado en el surgimiento de un mercado paralelo de divisas, donde el dólar se cotiza a un precio 70% más alto que el tipo de cambio oficial. Lo que siguió después fue un efecto dominó: alza de los precios, escasez de combustible, fuga de productos alimenticios por las fronteras, etc.
El Gobierno sin embargo se muestra optimista para 2025. En un balance de la gestión con periodistas de La Paz, el presidente Arce manifestó que el 2024 fue “el peor que hemos podido soportar” pero dijo que “lo estamos superando”. Según el jefe de Estado el próximo año será el año del “restablecimiento de la estabilidad económica”, un pronóstico esperanzador pero con el que pocos en Bolivia coinciden.