En un laboratorio de la Universidad del Bío-Bío en Chile, la construcción tradicional ha dado paso a una innovadora tecnología que promete revolucionar la manera en que se levantan edificios.
Mediante la utilización de una impresora Atenea-UBB y el robot industrial KUKA KR120, un equipo de investigadores logró construir la primera casa impresa en 3D de América Latina, desafiando los métodos convencionales. Este avance es resultado del uso de una “impresora” robótica capaz de verter capas de concreto con precisión milimétrica, basándose en un plano digital controlado por computadora.
Este tipo de construcción automatizada no solo permite un proceso más rápido, sino también una mayor flexibilidad en los diseños. A diferencia de los métodos tradicionales, que requieren planificación exhaustiva y mano de obra intensiva, la impresión 3D en construcción ofrece una alternativa más eficiente, reduciendo significativamente el tiempo y los recursos necesarios para levantar una estructura.
Características de la casa
La Casa Semilla, como se decidió llamar a la vivienda, fue construida en el barrio Torreones de Concepción y destaca no solo por su innovadora tecnología, sino también por la rapidez con la que se ejecutó el proyecto. En un tiempo récord de 29 horas, la impresora Atenea-UBB fue capaz de verter capas de hormigón para formar las paredes de la vivienda, una tarea que en la construcción tradicional podría haber tomado varios días o semanas.
Tras este proceso, se necesitaron solo dos días adicionales para ensamblar las paredes, lo que demuestra la eficiencia del método. La vivienda tiene una superficie de 30 metros cuadrados y está compuesta por siete paredes de hormigón impreso, que fueron fabricadas íntegramente en el laboratorio de la Universidad del Bío-Bío.
En cuanto a las características del diseño, la Casa Semilla fue concebida bajo principios de sostenibilidad, con un fuerte enfoque en la economía circular y la carbono-neutralidad. Además, fue diseñada para ser adaptable a las condiciones geográficas y climáticas de Chile, para integrar propiedades sismorresistentes y térmicas, fundamentales para su instalación en cualquier parte del país, explicó en un comunicado la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), participe del proyecto.
Implicaciones para el futuro
La Casa Semilla representa un potencial cambio en la forma de construir en América Latina. Según Rodrigo García, miembro del Grupo de Manufactura en Construcción de la universidad, la impresión 3D tiene el poder de transformar radicalmente la industria al ofrecer un modelo de construcción más flexible y ágil.
“Esta es una tecnología muy revolucionaria porque cambia la forma tradicional de construir, donde se hacen planos, se cotizan productos, hay que comprar gran cantidad de elementos y preparar el terreno, lo cual consume mucho tiempo”, explicó García en Reuters.
A pesar de las ventajas, García advirtió que aún hay desafíos por resolver, especialmente en cuanto a la viabilidad económica y la confiabilidad a largo plazo de la tecnología. La adopción generalizada de la impresión 3D en la construcción enfrenta obstáculos, como la adaptación a las normativas locales, los costos iniciales de implementación y la necesidad de probar su resistencia a condiciones extremas.
El impacto de la Casa Semilla va más allá de la innovación técnica; ofrece una respuesta concreta a uno de los mayores desafíos de la región: la crisis habitacional. Con una creciente demanda de viviendas en toda América Latina, esta tecnología puede ser clave para proporcionar soluciones rápidas y eficientes, reduciendo el déficit habitacional que afecta a millones de personas.
“Estos logros no fueron solo el resultado de la adquisición de equipamiento especializado, sino también de contar con los recursos necesarios para realizar investigación y alcanzar la madurez tecnológica para este desarrollo”, sentenció Claudia Muñoz, académica de la Facultad de Arquitectura, en el comunicado oficial del ANID.