La oferta hecha por una de las más importantes empresas agrícolas de Paraguay encendió algunos interrogantes y sospechas en relación a quién podría estar en verdad detrás de la multimillonaria adquisición por alrededor de 500 millones de dólares. La compañía en proceso de liquidación formó parte de un holding bancario que finalmente presentó su quiebra y distribuyó sus bienes entre los acreedores.
Paraguay Agricultural Corporation (PAYCO) es uno de los valiosos activos que fue parte de la estructura del tradicional y poderoso clan portugués Espirito Santo cuyo imperio multinacional nació en 1869 y terminó de manera escandalosa luego de denuncias cruzadas dentro de los mismos socios de la familia y socios, por maniobras irregulares y lavado de dinero.
En su momento de apogeo, el grupo económico se convirtió en el más grande de Portugal, con unas 400 empresas y 25.000 empleados repartidos por todo el planeta, incluidas sus operaciones agrícolas en Paraguay junto a unas 500 propiedades.
Ahora, en el marco de concurso privado de ventas contratado por el juzgado a cargo de la quiebra en Luxemburgo -y que recayó sobre EXAN Capital Realty- llamó la atención el nombre de uno de los oferentes para quedarse con PAYCO. Se trataría del empresario José Antonio Benítez un antiguo socio de la familia portuguesa, quien habría presentado una oferta por 500 millones de dólares para quedársela.
Algunos sospechan que Benítez -quien posee ciudadanía paraguaya- formaría parte de una operación cruzada para que los ex propietarios del BES (Banco Espirito Santo) pueda recuperar la impresionante compañía paraguaya que contabiliza más de 130.000 hectáreas y unas más de 40.000 cabezas de ganado.
Benítez -quien cuenta con causas judiciales tanto en Brasil como en los Estados Unidos- habría participado de numerosos negocios en los últimos diez años con la familia Espirito Santo, que de esta forma podría reingresar en la industria agrícola sudamericana de su mano, pese a que la justicia de Luxemburgo se lo prohíbe.
Dinastía caída
La historia de la poderosa familia Espirito Santo es de película. Pasaron de la pobreza en el siglo XIX a ser considerados “los Rockefeller de Portugal”... para de nuevo visitar los sótanos de la opinión pública. El patriarca, José María, tenía un talento natural para las matemáticas y para los negocios. Tanto es así que con apenas 19 años fundó su primera empresa: una de cambio de moneda. Hizo tanto dinero que consiguió fundar una de las entidades financieras más reconocidas del país.
Pero décadas después, sería uno de sus nietos sería quien derrumbara todo. El heredero del clan que llevó todo a la perdición final fue Ricardo Salgado Espírito Santo, de 78 años. Tomó el control de la entidad en 1972 y se vivieron sus mejores épocas. Sin embargo, tras más de 20 años de gloria, todo cambió.
Luego de la crisis financiera de 2008, debió emprender diversas maniobras fraudulentas para mantener el control del BES y tapar un agujero financiero gigantesco, calculado en miles de millones de dólares.
Sin embargo, la mentira llegó a su fin por una delación. Un socio histórico del holding supo que el conductor corporativo de los Espirito Santo estaba quedándose también con su negocio. Pedro Queiroz Pereira tenía una de las compañías cementeras más importantes del país y consiguió mantener el control de su negocio pese a que su socio en otros negocios estaba comprando las acciones de sus propias hermanas a sus escondidas.
Tras ganar la batalla interna, Queiroz logró conservar su firma y supo que era el momento de la venganza: se presentó ante el Banco Central de Portugal para contar lo que en verdad estaba ocurriendo con el BES. Los Espirito Santo ya no podían, entonces, esconder el agujero de más de 8.000 millones de dólares que figuraban en sus libros contables. La entidad monetaria lusa intervino, la familia fue apartada de su conducción y el banco nacionalizado hasta su liquidación absoluta en 2016.
No fueron tiempos fáciles para el patriarca de la familia que supo lograrse del jet-set y la realeza europea durante toda su vida: enfrentó una denuncia por lavado de dinero y fue detenido en su mansión de Cascais-Estoril en julio de 2014. La familia perdió casi todo: 500 propiedades que estaban bajo su nombre entraron en proceso de remate. Entre ellas, PAYCO.
El antiguo jerarca familiar vive acorralado por las causas judiciales. Recorre semanalmente juzgados en Portugal, Miami y Luxemburgo. Ya no puede ejercer su profesión de gurú financiero y pagó 4 millones de dólares como consecuencia del fraude con el BES. Además, está imputado por el blanqueo de 27 millones de euros en el caso Monte Branco, de acuerdo al diario El Mundo de España.
En los últimos años, el gobierno de Paraguay se ha caracterizado por haber fortalecido sus estructuras financieras para combatir el lavado de dinero y las operaciones sospechosas. Es de esperar que las alertas puedan encenderse una vez más.
BES en Paraguay
Espírito Santo compró la Sociedad Agrícola Golondrina (SAGSA) en 1976. Más de 20 años después, en 1997 compró Ganadera Corina Campos y Haciendas y ya su presencia en Paraguay era un hecho. Pasaron cinco años y SAGSA estableció un consorcio con la empresa forestal Unique Wood Paraguay. Este consorcio se denominó Forestería Certificada en Paraguay (ForCerPa). Pero la expansión continuó: en 2012 Ganadera Corina Campos y Haciendas adquiere la estancia llamada Carandayt.
En 2014, el año del declive del emporio familiar se fusionan Sociedad Agrícola Golondrina y Ganadera Corina Campos y Haciendas, dando lugar a la creación de Paraguay Agricultural Corporation, PAYCO. “De esta forma, PAYCO comienza a operar cubriendo los tres sectores productivos, el agrícola, el ganadero y el forestal”, de acuerdo a la descripción que figura en su sitio web.
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