París, 18 nov (EFE).- Las carencias de sanitarios que se hicieron más visibles con la crisis del coronavirus van a aumentar en la Unión Europea (UE) a causa del envejecimiento, según la OCDE, que estima que para cubrirlas los Estados miembros tendrían que dedicar de media un 0,6 % más de su producto interior bruto (PIB).
En su informe anual en que compara los sistemas sanitarios europeos publicado este lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que, pese al incremento del número de sanitarios en Europa en las dos últimas décadas, en 2022 habrían hecho falta 1,2 millones más y las necesidades van a aumentar en los próximos años.
La razón principal es un envejecimiento de la población que ya está plenamente en marcha, puesto que los mayores de 65 años, que representaban el 16 % de los habitantes en 2000, han pasado a ser el 21 % en 2023 y su proporción debería acercarse al 30 % en 2050.
La esperanza de vida, que sufrió un bache por el coronavirus, ha superado ya en 2023 el nivel prepandemia en muchos países y se espera que siga mejorando en los próximos años.
Pero la evidencia muestra que entre los mayores de 65 años en la UE, más del 40 % viven con al menos dos problemas crónicos, y eso requiere cuidados o atención sanitaria.
En el conjunto de la UE, el número de médicos se ha incrementado en un tercio durante las dos últimas décadas y en 2022 había de media 4,2 por cada 1.000 habitantes.
Ese incremento se ha producido sobre todo gracias a la llegada de más mujeres a esta profesión, donde han pasado a ser mayoritarias (el 53 % en 2022 frente al 45 % en 2010).
En el caso de los enfermeros (una profesión todavía más feminizada, y desde hace mucho tiempo) su número también ha subido y ha pasado de 7,3 por cada 1.000 habitantes en 2012 a 8,4 en 2022.
Las diferencias de disponibilidad de sanitarios son notables entre los países. En España, donde los médicos han subido más que la media en las dos últimas décadas, había 4,3 por cada 1.000 habitantes en 2022, es decir un poco más que en el conjunto de la UE.
Con los enfermeros, sin embargo, España se sitúa muy por debajo, con 6,2 por cada 1.000 habitantes, y eso que también se ha producido una progresión como en el resto de Europa.
No obstante, esas bajas proporciones de enfermeros en España no incluyen el gran número de auxiliares de enfermería que realizan tareas similares a los de los enfermeros en otros países europeos.
La OCDE señala tres líneas de acción para hacer frente a la escasez de personal sanitario en Europa, empezando por acelerar la formación y mejorar la calidad del empleo para retener a esos profesionales.
Sobre la formación de enfermeros, España sigue estando muy por debajo de la media europea con 23,5 graduados por cada 100.000 habitantes en 2022 frente a una media de 37,5.
El alza del 12 % en el número de estudiantes admitidos en los programes de formación de enfermería deberían mejorar las cifras si terminan sus estudios, reconocen los autores del estudio.
Un reto adicional que hace más urgente acelerar la formación es la edad de los sanitarios, ya que en el caso de los médicos en 2022 un 35 % de los de la UE tenían más de 55 años, es decir estaban cerca de la jubilación.
Otro problema en España, que también se ha constatado en Francia y Alemania, ha sido el alto grado de temporalidad de los sanitarios, que llegó al 42 % en 2020 durante el pico de la pandemia, frente al 28 % en 2012. EFE