La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha anunciado este lunes la reanudación de sus operaciones en la localidad sursudanesa de Yei, situada en el estado de Ecuatoria Central, en el sur del país africano, después de una suspensión de seis semanas tras un ataque contra personal de la organización.
"Esta reanudación garantizará que las numerosas personas vulnerables que viven en zonas de difícil acceso de Yei y Morobo, y que en su mayoría dependen de MSF para recibir atención sanitaria, puedan seguir recibiendo estos servicios vitales", reza un comunicado publicado en su perfil de la red social Facebook en la que precisan que la reanudación tuvo lugar la semana pasada.
MSF ha recordado que presta apoyo a cuatro centros del Ministerio de Salud, que ofrecen consultas externas, vacunaciones y atención materno-infantil. Además, gestiona clínicas móviles y apoya la inicaitiva de salud de Boma para garantizar el acceso a servicios de salud vitales para aquellos "en áreas que a menudo están desatendidas".
También ha señalado que, entre enero y septiembre de 2024, trató a más de 30.000 pacientes de malaria, realizó 4.700 consultas prenatales, prestó apoyo en salud mental a casi 1.900 pacientes y distribuyó más de 1,3 millones de litros de agua.
A finales de septiembre, hombres armados no identificados forzaron a los ocupantes de dos vehículos de la organización, claramente marcados y que regresaban de realizar una campaña de sensibilización, a bajarse de los coches a punta de pistola y les robaron las pertenencias. También secuestraron a un trabajador de MSF y a otro miembro de una segunda asociación colaboradora.
Los otros miembros de MSF, ambos conductores, pudieron continuar su camino. Los secuestrados fueron liberados 24 horas después del ataque, el tercero contra organizaciones humanitarias en los alrededores de Yei durante los últimos tres meses.
Pese al descenso de la violencia por el conflicto político durante los últimos años a raíz del acuerdo de paz de 2018, el país africano ha registrado un aumento de los enfrentamientos intercomunitarios, motivados principalmente por el robo de ganado y las disputas entre pastores y agricultores en las zonas más fértiles del país, especialmente a causa del aumento de la desertificación y el desplazamiento de poblaciones.