Quito, 6 nov (EFE).- Los generadores de electricidad a diésel utilizados por gran parte de la población de Quito, la capital de Ecuador, para hacer frente a los apagones programados que afectan al país desde mitad de septiembre han provocado que prácticamente se duplique la contaminación del aire.
Un estudio de la Universidad de las Américas (UDLA) ha concluido que "los niveles de monóxido de carbono (CO) casi se duplicaron en comparación con las condiciones normales, debido principalmente a la dependencia generalizada de los generadores diésel".
Este informe también sostiene que "este aumento del uso de generadores también provocó un incremento del 38,8 % de las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2)".
Otro hallazgo del informe realizado por el grupo de Investigación en Biodiversidad, Medio Ambiente y Salud de la UDLA fue la constatación de un gran aumento del dióxido de azufre (SO2), un gas altamente nocivo que incrementó su presencia durante este periodo de crisis hasta en un 180 %.
De esta forma, el propio análisis apunta que con estos valores la ciudad suscitó "preocupación por los riesgos para la salud respiratoria" debido a que superaron las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de que el índice de calidad del aire (ICA), acordado por esta organización para medir la contaminación en los núcleos urbanos, indica que el nivel medio de calidad del aire en 2023 en todo Ecuador fue de 31 sobre 100 en 2023, la contaminación por partículas en el mismo periodo (PM2,5) supera 1,5 veces el valor guía anual de calidad del aire de la OMS.
Los investigadores subrayan la necesidad de que las ciudades se preparen para interrupciones más frecuentes y graves del suministro eléctrico relacionadas con el clima y recomiendan desarrollar y aplicar estrategias integrales, que incluyan la mejora de las infraestructuras energéticas y soluciones de energía de reserva más limpias sobre todo en en zonas de gran altitud como Quito.
El escaso desarrollo en tecnología energética o vehicular y la baja calidad de los combustibles han provocado un descenso de la calidad del aire en la capital quiteña durante los últimos años, un hecho que ahora se suma a las consecuencias que genera la utilización de generadores eléctricos a diésel para combatir los apagones diarios.
Desde finales de 2023 Ecuador se ha visto obligado en distintos periodos a realizar cortes programados de electricidad de varias horas todos los días a nivel nacional, el último de ellos desde mediados de septiembre que ha llegado a tener hasta catorce horas de suspensión del fluido eléctrico en los momentos más críticos.
Actualmente Ecuador tiene un déficit de alrededor de 1.000 megavatios para atender su demanda nacional ya que la matriz energética del país depende de más de un 70 % de centrales hidroeléctricas, afectadas por la peor sequía de los últimos 60 años, según lo ha calificado el Gobierno.
La crisis energética de Ecuador se ha visto también agravada por la falta de inversiones en los últimos años en un sector controlado íntegramente por empresas públicas, lo que ha abierto el debate en el país de realizar reformas para facilitar la llegada de inversión privada. EFE