Harare, 5 nov (EFE).- El Gobierno de Zimbabue informó este martes de que el sector privado del país ha importado desde el abril más de 970.000 toneladas de cereales, sobre todo de países de Sudamérica, para frenar el hambre que causó la sequía provocada por el fenómeno meteorológico de El Niño, mientras el Ejecutivo ha importado más de 39.000 toneladas.
Según los datos ofrecidos en una rueda de prensa por el ministro de Información del país, Jenfan Muswere, el sector privado logró importar en concreto en ese periodo 974.678 toneladas de cereales con origen en países como Brasil, Argentina o México, pero también de Zambia o Rusia.
"Nuestra política, liderada por el presidente (Emmerson) Mnangagwa, es que nadie se muera de hambre en el país", dijo Muswere, al detallar que los cereales recibidos incluyen maíz, trigo, arroz y harina.
Según el ministro, del grano importado hasta el momento, unas 17.000 toneladas han sido utilizadas para alimentar a alumnos en sus colegios, tanto en las zonas rurales como en las zonas urbanas.
El pasado mayo, el Gobierno lanzó un programa para distribuir alimentos y ayuda económica por valor de 648 millones de dólares (unos 593 millones de euros) para 8,7 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria a raíz de la sequía, algo más de la mitad de la población del país.
Desde entonces, las autoridades han repartido vales de dinero en zonas urbanas y comida en zonas rurales, lo que ha ayudado a muchas personas a no pasar hambre, en un programa que se prevé que continué hasta la primera mitad del año que viene.
Ese mismo mes, el Gobierno aprobó la importación de 1,4 millones de toneladas de maíz de Argentina, Brasil, México, Estados Unidos y Rusia antes de fin de año, según informó entonces la Asociación de Molineros de Zimbabue.
El pasado 3 de abril, el presidente de Zimbabue, Emerson Mnangagwa, declaró el estado de catástrofe nacional debido a la escasez de lluvias por el fenómeno meteorológico de El Niño, lo que ha provocado un déficit alimentario que causa estragos en la mayoría de los hogares. EFE