Pekín, 1 nov (EFE).- La Comisión de Salud y Medicina de la ciudad china de Chengdu (provincia de Sichuan, centro) inició una investigación sobre una agencia de subrogación acusada de abandonar a una mujer embarazada luego de un supuesto procedimiento fallido de implantación de embrión.
El caso se dio a conocer cuando un activista que persigue los casos de gestación subrogada en el país denunció en la plataforma Weibo -semejante a X, censurada en China- que la agencia había cortado toda comunicación con la madre tras sospechar que el embarazo no correspondía al embrión de un cliente.
La situación ha generado indignación en las redes sociales del gigante asiático, donde este viernes se critica la falta de regulaciones que protejan a las mujeres involucradas en la subrogación en China, un país donde esta práctica es ilegal.
Xiaojuan -nombre ficticio de la madre-, de 28 años, decidió aceptar un acuerdo de subrogación después de dar a luz, debido a dificultades económicas.
Según relató el activista, la mujer viajó en agosto a Chengdu, donde fue alojada en un dormitorio de la agencia en el distrito de Wuhou y, tras exámenes iniciales en dos clínicas locales, fue trasladada en un vehículo cerrado a Guiyang (centro) para el procedimiento de implantación.
Aunque las pruebas de sangre posteriores no cumplieron con los niveles esperados, y la agencia le pidió regresar a su hogar, poco después descubrió que estaba embarazada.
La supuesta víctima asegura que, debido a que no mantuvo relaciones sexuales en ese período, el embarazo es resultado directo de la implantación realizada, pero al intentar contactar a la agencia para informar de su situación, descubrió que la comunicación había sido suspendida.
Por ello, decidió regresar a Chengdu con dinero prestado y se instaló nuevamente en el dormitorio de la agencia, donde comparte espacio con otras mujeres bajo el mismo procedimiento, aunque teme ser expulsada pronto.
Xiaojuan ha solicitado a la agencia que cubra los gastos médicos del embarazo o de su interrupción, así como compensación por la pérdida de ingresos.
Sin embargo, la agencia, antes de cortar la comunicación, le exigió llevar el embarazo a término y someterse a una prueba de paternidad antes de asumir cualquier responsabilidad.
Diversos abogados chinos citados por medios locales señalaron que la subrogación en China infringe las normativas de reproducción asistida y las disposiciones del Código Civil sobre orden público y moral, al no estar reconocida legalmente.
Las mujeres involucradas en estos acuerdos enfrentan opciones limitadas de protección legal en caso de disputas.
Varios expertos defienden que las acciones de la agencia podrían considerarse como operaciones comerciales ilegales y práctica médica sin licencia, lo cual podría resultar en procedimientos penales, entre los que se incluyen multas de hasta 30.000 yuanes (4.213 dólares, 3.872 euros), sanciones administrativas y, en los casos más graves, penas de prisión para los responsables. EFE