El cambio climático dispara el número de muertes por el humo generado por los incendios

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Redacción ciencia, 21 oct (EFE).- El cambio climático influye cada vez más en el comportamiento de los incendios en todo el mundo e intensifica su humo, esto empeora la contaminación atmosférica y afecta a la salud pública en las ciudades: cada año mueren más de 98.748 personas por el humo de los incendios.

Así lo advierten sendos estudios publicados este lunes en Nature Climate Change y liderados por el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático PIK.

El primer estudio constata que entre 2003 y 2019, la superficie quemada en todo el mundo debido al cambio climático ha aumentado el 15,8%, especialmente en Australia, Sudamérica, el oeste de Norteamérica y Siberia.

Este incremento de los incendios forestales ha neutralizado la disminución de la superficie quemada debida a los cambios en el uso del suelo y al aumento de la densidad de población de los últimos años, revela el estudio.

Partiendo de esta base, el segundo estudio examina cómo el cambio climático está vinculado a un aumento global de las muertes por contaminación atmosférica relacionada con los incendios y revela que el cambio climático aumentó estas muertes de 669 anuales en la década de 1960 a más de 12.500 en la de 2010.

"Nuestro estudio demuestra que, cuando se producen incendios, la influencia del cambio climático con condiciones meteorológicas más secas y cálidas es cada vez más significativa", explica Chantelle Burton, investigadora del Met Office Hadley Centre y coautora principal del primer estudio.

A partir de un conjunto exhaustivo de modelos mundiales de incendios y vegetación, muestran que el cambio climático ha aumentado la superficie quemada en todo el mundo en un 15,8% entre 2003 y 2019 en comparación con una situación sin cambio climático, y con especial virulencia en Australia, Sudamérica, el oeste de Norteamérica y Siberia, las regiones más propensas a los incendios.

Al mismo tiempo, la superficie quemada en todo el mundo está disminuyendo a medida que las tierras naturales se convierten para usos humanos, como la agricultura, lo que ha reducido las áreas disponibles para los incendios en aproximadamente un 19% durante el mismo período.

Sin embargo, aunque estas tendencias se contrarrestan mutuamente, los investigadores consideran que el efecto del cambio climático sobre los incendios aumenta con el tiempo, a medida que el clima sigue calentándose.

El segundo estudio evalúa el impacto global del cambio climático en la contaminación atmosférica provocada por los incendios y los riesgos para la salud asociados en los últimos 60 años.

En concreto revela que las muertes debidas a la contaminación atmosférica causada por los incendios han pasado de 46.401 anuales en la década de 1960 a 98.748 en la de 2010, y según sus cálculos, 669 muertes anuales de la década de 1960 y más de 12.500 de 2010 pueden atribuirse al cambio climático.

"Esto muestra que el cambio climático supone cada vez más una amenaza para la salud pública, por culpa de un mayor humo de incendios que afecta incluso a zonas densamente pobladas", apunta Chae Yeon Park, del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón y autor principal.

El humo de los incendios contiene partículas extremadamente pequeñas que penetran en el sistema respiratorio y suponen un importante riesgo para la salud, al causar enfermedades pulmonares y respiratorias.

Regiones como Sudamérica, Australia y Europa experimentaron los aumentos más significativos de mortalidad por incendios atribuidos al cambio climático, coincidiendo con las condiciones más cálidas y secas causadas por el calentamiento global.

Aunque la disminución de la humedad y el aumento de las temperaturas incrementan el riesgo de incendios, los investigadores también observaron que en algunas zonas, como el sur de Asia, el aumento de la humedad provocó menos muertes por incendios atribuibles al cambio climático.

"Es crucial comprender que el impacto del humo de los incendios va más allá de quienes viven directamente en las zonas afectadas" porque "nuestro estudio confirma que la exposición al humo puede acarrear graves consecuencias para la salud pública", avisa Christopher Reyer, coautor del estudio. EFE

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