Tokio, 16 oct (EFE).- Hideki Tokoro, director de la principal cooperativa ballenera de Japón, defendió este miércoles la caza comercial nipona de estos mamíferos, cuya carne considera "deliciosa y nutritiva", y pidió la extradición a Japón del activista Paul Watson, detenido el pasado julio en Groenlandia.
En una rueda de prensa organizada por el club de corresponsales extranjeros de Tokio este miércoles, el presidente de Kyodo Senpaku Kaisha justificó la polémica caza de ballenas argumentando razones nutritivas y 'beneficiosas para la salud', señalando que su consumo ayuda a "prevenir" diversas enfermedades.
"Nuestros estudios también demuestran que la carne de ballena puede rejuvenecer y prevenir la calvicie", aseguró Tokoro, quien compareció ante los medios con un gorro con forma de cetáceo.
Otra de las razones por las que defiende su caza es porque "protege" la riqueza del ecosistema marino, según dijo.
"Las ballenas comen entre 3 y 6 veces más peces al año que los seres humanos", argumentó el empresario nipón, sosteniendo que su caza no solo beneficia al ecosistema marino, sino también a la industria pesquera al permitir un control regulado de la población de cetáceos.
También expresó su añoranza por la cultura de posguerra en Japón: "La gente consumía ballena y arroz y estaba en forma, era energética y ayudó a un periodo de alto crecimiento económico".
La compañía nipona fue el objetivo de la última campaña de Paul Watson, activista canadiense contra la caza de ballenas, quien fue duramente criticado por Tokoro por "seguir atacando su flota" tras recibir "2 millones de dólares" de Kyodo Senpaku y del Instituto de Investigación Cétacea nipón a raíz de un acuerdo privado entre las partes tras un litigio previo.
"No sé en qué estará pensando" (...) "Debe estar disfrutando del hecho de tener dinero en el bolsillo", aseguró el empresario japonés, quién exigió la extradición a Japón del activista canadiense para "pasar por los tribunales y pagar por sus pecados".
El activista fue detenido el pasado 21 de julio en Groenlandia, a raíz de una orden de arresto internacional emitida por Japón, y se enfrenta a cargos de complicidad en asalto y de violación de la propiedad privada debido a incidentes ocurridos en 2010.
Según la Guardia Costera de Japón, Watson agredió a cazadores de ballenas y estuvo involucrado en el supuesto abordaje del navío ballenero japonés Shonan Maru 2 en el océano Austral.
Sobre la postura del Gobierno nipón frente a la industria ballenera, Tokoro afirmó que el Ejecutivo no la ha explicado "adecuadamente" y piensa que muchos miembros del parlamento "apoyan" la causa y ayudarán a "decir la verdad" sobre la caza de ballenas en el mundo.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, el consumo de esta carne ha caído a mínimos históricos, situándose entre 1.000 y 2.000 toneladas anuales. Esta cifra representa menos del 1 % del consumo registrado en la década de 1960, que era de aproximadamente 200.000 toneladas. EFE
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