Montmartre celebra su fiesta de la vendimia

París, 12 oct (EFE).- La famosa colina parisina de Montmartre, conocida como refugio de pintores y artistas, concluye este fin de semana la 91 edición de su fiesta de la vendimia, una tradición que busca mantener viva la memoria vitivinícola de la zona y de la capital francesa.

Esta fiesta, que se extiende durante cinco días y termina mañana domingo, se centra en la recogida de las uvas en la pequeña viña de Montmartre, de apenas 0,15 hectáreas, situada junto al museo del mismo nombre.

La vendimia arroja un poco menos de mil kilos de uvas. El vino resultante se vende en subastas y los fondos obtenidos se destinan a obras sociales en el barrio.

Todo está organizado por la llamada República de Montmartre, una asociación creada en 1920 para mantener el carácter especial de la zona.

En la vendimia tiene un papel especial la Encomienda del Clos Montrmartre, una hermandad cuyos cofrades desfilan ataviados con ropajes de época.

Los viñedos de Montmartre están documentados desde la Edad Media y fueron una de las principales fuentes de riqueza de la colina hasta el siglo XVIII, cuando la progresiva expansión de París comenzó a convirtir muchos campos agrícolas en suelo urbanizado.

De aquella época quedan algunos recuerdos en la toponimia, como el vecindario vecino que ha mantenido su nombre original de 'Gota de Oro' en referencia a sus vinos blancos.

Además de guardar la antigua tradición vitivinícola de Montmartre, la fiesta de la vendimia es también un evento popular, con una ocasión para el disfrute de parisinos y visitantes.

Bares y restaurantes sacan mostradores y música a la calle, mientras que pequeñas empresas de bebidas y comidas regionales montan puestos en lo alto de la colina, junto a la famosa basílica del Sagrado Corazón, con miles de asistentes todos los días.

La primera fiesta de la vendimia se celebró en 1934, con el popular actor cómico Fernandel como padrino.

Además de en Montmartre, París mantiene algunas pequeñas viñas en otras zonas de la ciudad, como en algunos parques municipales. También hay una muy pequeña en el Ministerio de Economía y una más en la colina de Bergeyre (noreste de la ciudad), cuidada por una asociación vecinal. EFE

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