Cinco maravillas (poco conocidas) de África que pueden sorprender al mundo

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Nairobi, 25 may (EFE).- El continente africano, que este sábado celebra el Día de África, es famoso por muchas maravillas, como la fauna del Masái Mara (Kenia), las pirámides de Egipto o las playas paradisíacas de Zanzíbar (Tanzania).

Sin embargo, este vasto y diverso territorio, tres veces más grande que Europa e integrado por 54 Estados soberanos, también guarda sorpresas únicas y poco conocidas para la mayoría del mundo.

Estas son algunas de esas joyas en un continente que este sábado celebra el Día de África en conmemoración del nacimiento en 1963 de la Organización de la Unidad Africana (OUA), antecesora de la actual Unión Africana (UA):

En el centro del Sáhara se encuentra Ennedi, una meseta de difícil acceso de unos 30.000 km² en el noreste de Chad conocida como 'el Edén en el Sáhara'.

Este bloque montañoso, caracterizado por formaciones rocosas -acantilados, arcos o rocas hongo- levantadas en mitad del paisaje arenoso, se ha perfilado naturalmente debido a las fluctuaciones ocurridas durante milenios.

Además de un entorno natural a la altura de las que aparecen en las aclamadas películas de ciencia ficción "Dune", este lugar guarda multitud de yacimientos arqueológicos, que se remontan al Neolítico, y una amplia biodiversidad.

Tiene la misma forma que un reloj de la marca Rolex, circular, pero ahí termina la dilogía.

Este concepto, que contenta al paladar de millones de personas en Uganda, es un manjar callejero que se prepara a base de enrollar huevos revueltos dentro de chapati, un tipo de pan de origen indio que se introdujo en el este de África durante la época colonial.

Su nombre proviene de la mezcla entre 'rolled' (enrollado) y 'eggs' (huevos), y surgió gracias a la ocurrencia de un vendedor de chapati de Busoga (este), que lo llevó a la Universidad de Makerere, en Kampala, donde triunfó al satisfacer la demanda de los estudiantes: comida rápida y barata.

3. La 'kora' de África Occidental.

 África no sólo deleita al paladar, también a los oídos. En la región occidental, principalmente en Gambia, Malí, Guinea-Conakri, Senegal y Burkina Faso, están los maestros de la ‘kora’, un instrumento de cuerda que mezcla el sonido del arpa, el laúd y la guitarra.

Compuesta por veintiún cuerdas y estéticamente muy llamativa, proporciona al oyente una atmósfera perfecta para la relajación y la meditación.

 La 'kora', fabricada a mano, ha ido acompañada desde su origen - por lo menos hace cuatro siglos- de la tradición oral.

 A un paso de la costa keniana, bañada por el cálido océano Índico, se encuentran las deslumbrantes ruinas de la antigua ciudad de Gede, que albergó a una civilización avanzada antes de su abandono en el siglo XVII.

Bajo la sombra de los árboles que rodean las ruinas, que incluyen un palacio y ocho mezquitas y pertenecientes a un bosque sagrado para la tribu mijikenda, esta urbe suajili, de piedra coralina, fue redescubierta en 1884 por el explorador británico John Kirk.

Aunque se desconoce por qué la urbe no consta en documentos históricos, los arqueólogos certificaron que la ciudad fue un próspero centro de intercambio comercial.

 En España se hallan algunas de las pinturas rupestres más famosas del mundo, pero no lejos de allí, en Argelia, impresionan también los asombrosos dibujos prehistóricos de Tassili n'Ajjer.

Nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982, este yacimiento posee uno de los conjuntos de arte rupestre prehistórico más importantes del planeta, con más de 15.000 grabados que registran los cambios climáticos, las migraciones de animales y la evolución de la vida humana en el Sáhara desde el año 6000 a.C.

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