Washington, 15 dic (EFE).- Los bocadillos sin valor nutritivo que los adultos consumen en Estados Unidos les proveen casi una cuarta parte de las calorías diarias y un tercio del azúcar agregada, con graves repercusiones para la salud, indica un informe publicado este viernes en la revista PLOS Global Public Health.
Estas meriendas o botanas, consumidas entre el desayuno, el almuerzo y la cena comprenden bocadillos dulces, bebidas dulces, golosinas, frutas secas y frituras como los ‘chips’ y los ‘nachos’ salados.
"Los bocadillos equivalen a toda una comida completa añadida", dijo Christopher Taylor, profesor de dietética en la Escuela de Salud y Ciencias de la Rehabilitación en la Universidad Estatal de Ohio y autor principal del estudio.
"Uno sabe lo que habrá para la cena: proteínas y un plato de ensalada o dos. Pero si uno ingiere el equivalente de una comida en bocadillos y tentenpiés la situación cambia completamente y hay carbohidratos, azúcares, no mucha proteína ni frutas ni verduras", agregó.
Los investigadores en el equipo de Taylor analizaron los datos de encuestas entre más de 23.708 personas mayores de 30 años de edad y encontraron un consumo promedio de 400 a 500 calorías diarias en bocadillos con poco valor nutritivo.
Los bocadillos con alto contenido de azúcar refinada y de sal contribuyen al desarrollo de diabetes, una enfermedad que afecta al 12,1 % de los afroamericanos y el 11,8 % de los hispanos, frente al 7,4 % de los blancos.
Asimismo contribuyen a la obesidad, una condición que afecta al 54,8 % de las mujeres afroamericanas y el 50,6 % de las hispanas, en comparación con el 38 % de las blancas.
La tasa de obesidad entre los hombres latinos es del 43,1 % comparado, con el 37,9 % de los blancos y el 36,9 % de los afroamericanos, según el Centro de Investigación de Alimentos (FRAC, en inglés).
"Tenemos que intensificar la educación para la gente que está en riesgo de diabetes y aun para las personas con niveles normales de glucosa en la sangre, a fin de que empiecen a mejorar los comportamientos dietéticos antes de que desarrollen una enfermedad crónica", dijo Taylor.
El investigador explicó que no basta con reducir la ingesta de azúcares refinados sino que es necesario pasar a patrones más saludables en el consumo de bocadillos.
"Llegamos a un punto de condenar algunos bocadillos en particular, pero tenemos que atender todo el panorama. La remoción del azúcar no trae, automáticamente, la vitamina C, la vitamina D, el fósforo o el hierro que necesitamos", acotó. EFE
jab/msc