El rostro cansado de Nguyen Van Thien revela que ha sido otro largo y duro día de trabajo en su plantación de café, que se encuentra en las tierras altas del centro de Vietnam. Nguyen pasó varias horas irrigando las plantas, pero el agua que tanto necesita para su labor agrícola es cada vez más escasa. Esto se debe a que el cambio climático está presente desde hace tiempo en el país del río Mekong, y las lluvias tan necesarias de la estación monzónica llegan cada vez más irregularmente o directamente no llegan. El clima imprevisible dificulta la vida de los agricultores. En consecuencia, las exportaciones de café, destinadas en gran parte al mercado europeo, disminuyen de año en año. Alemania es el mercado de ventas más importante, con cerca del 15 por ciento de la producción (2021). Según datos de la germana Oficina Federal de Estadística (Destatis), de las 1,21 millones de toneladas de café tostado y sin tostar que Alemania importó en 2021, alrededor del 17 por ciento procedía de Vietnam. La temporada de lluvias en la región suele durar de mayo a octubre, pero Nguyen asegura que en los últimos años ya no se puede confiar en que así sea. En junio, por ejemplo, no cayó ni una sola gota de lluvia. "Cuando necesitamos que llueva para que las plantas de café crezcan, el tiempo es caluroso y soleado. Y cuando las plantas de café están en flor, llueve repentinamente, por lo que las flores se pudren y las plantas dejan caer los frutos de café aún inmaduros", precisa. Esto reduce tanto el rendimiento como la calidad del café, se queja este agricultor de 50 años, cuya familia lleva 36 años dirigiendo una plantación en la provincia de Gia Lai. Durante todos estos años, Nguyen Van Thien experimentó de primera mano el cambio de las condiciones climáticas. Los codiciados granos de café prosperan especialmente bien en las tierras altas de la frontera con Camboya y Laos. Tan solo en esta región, aproximadamente 1,5 millones de personas trabajan en esta importante industria. El cultivo del café en Vietnam fue iniciado por los franceses en 1857, en el curso de la colonización. Actualmente, el país del sudeste asiático es el segundo productor mundial, después de Brasil, y el mayor productor del mundo de la variedad Robusta, descubierta en el Congo, que se utiliza, entre otras cosas, para hacer café instantáneo. Los clientes son unos 80 países de todo el mundo. Casi el 40 por ciento de la producción de Vietnam se destina a Europa. Las estadísticas oficiales muestran que las cifras de exportación están cayendo desde hace años: en 2018 se vendieron 1,88 millones de toneladas de café en el extranjero, en el 2019 fueron 1,61 millones de toneladas, apenas 1,57 millones de toneladas en 2020 y 1,52 millones de toneladas el año pasado. Según el último informe sobre el café elaborado por el líder del mercado alemán Tchibo, el 96 por ciento de la producción de café vietnamita es de la variedad Robusta. "Si bien disminuyó la frecuencia de las lluvias, al mismo tiempo aumentó la cantidad de agua precipitada y esto, a su vez, incrementa el riesgo de erosión del suelo", explica Tran Cong Thang, director del Instituto de Agricultura y Desarrollo Rural (IPSARD). Mientras tanto, los agricultores tienen que recurrir a pozos subterráneos para irrigar los cultivos. "Debido al aumento de las temperaturas, el agua se evapora rápidamente, por lo que los agricultores tienen que regar sus cafetos cada vez con más frecuencia", destaca Thang. Esto lleva a que el nivel de agua en los pozos también vaya descendiendo. Sin embargo, los cultivadores de café vietnamitas tienen una ventaja sobre los países que cultivan principalmente arbustos de Arábica, ya que las plantas de Robusta (Coffea canephora) son menos susceptibles a los cambios climáticos. Pero incluso este grano, que contiene mucha cafeína, se está viendo afectado por el aumento de las temperaturas. Un estudio realizado en 2020 reveló que la tolerancia al calor de la variedad Robusta no es tan robusta como su nombre indica, y que el rendimiento disminuye de forma desproporcionada a partir de un determinado nivel de calor. "El cambio climático es una de las principales preocupaciones de los caficultores", indica Le Vu Quan, del Instituto de Economía Circular en Ciudad Ho Chi Minh. Según el investigador, esto se debe a que las cambiantes condiciones climáticas también provocan un aumento de las plagas y enfermedades de las plantas de café, lo que no solo reduce el rendimiento sino también la calidad de los granos. "La opinión popular es que el Arábica es mejor café que el Robusta", señala el portavoz de Tchibo, Arnd Liedtke. "Pero eso no es cierto en todos los casos", agrega. El Robusta, que tiene un mayor contenido de cafeína, se utiliza a menudo en las mezclas de café expreso. En general, se dice que esta variedad tiene un sabor más fuerte y terroso comparado con los cafés Arábica, que son más delicados y afrutados. Para que el sector cafetero vietnamita pueda resistir mejor a los embates climáticos y sea sostenible, varios organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales (ONG) trabajan en la búsqueda de soluciones. El Ministerio de Agricultura ya ha puesto en marcha un proyecto de resiembra de café para el periodo 2021-2025. El objetivo es sustituir los viejos arbustos de unas 107.000 hectáreas por nuevas variedades más resistentes a las plagas, las enfermedades y las fluctuaciones climáticas. El proyecto ya obtuvo resultados positivos, pero también hay resistencia por parte de los agricultores afectados. "Destruir las plantas de café viejas para plantar otras nuevas aporta sin duda una mayor productividad", afirma Thien. Sin embargo, acota que muchas familias no están dispuestas a sustituir todas las plantas viejas al mismo tiempo, porque entonces tendrían que esperar tres años para poder volver a cosechar nuevamente. "¿Y cómo se supone que la gente se va a ganar la vida mientras tanto?", se pregunta el caficultor vietnamita. dpa