Las semillas de cáñamo son muy populares por sus nutrientes en la cocina, especialmente en la vegana y la vegetariana. Sin embargo, no todas las promesas publicitarias son científicamente verificables, ni tampoco todo el mundo debería consumirlas. El cañamón suele ser usado en productos para untar sobre el pan, mezclado con los cereales o agregado en batidos, ya que resulta fácilmente utilizable. Según la central de consumidores de Baviera, Alemania, las semillas de cáñamo se consideran un alimento de gran valor, y la lista de sustancias valiosas contenidas en ellas es larga. Poseen entre un 20 y un 35 por ciento de proteínas y contienen vitaminas B y E, calcio, magnesio, hierro y fibras. Además, las semillas de cáñamo presentan un alto contenido en ácidos grasos no saturados. Sin embargo, el centro de asesoramiento al consumidor advierte que no hay que creer las afirmaciones que sugieren efectos sobre la salud tales como una influencia positiva sobre la presión arterial, los niveles de colesterol y los niveles de azúcar en sangre. Según especifican, no hay comprobación científica al respecto, por lo que estas promesas publicitarias carecen de validez. En cambio, los fabricantes sí pueden hacer publicidad con indicaciones como "rico en ácidos grasos no saturados" y "fuente natural de proteínas". Además, y más allá de esto, no cualquier consumidor debería incorporar las semillas de cáñamo en su dieta. De hecho, los niños y las embarazadas no deberían ingerirlas. Porque si bien las semillas en sí no contienen ninguna sustancia estupefaciente como el tetrahidrocannabinol (THC), la contaminación con este puede producirse durante la cosecha por el contacto con las flores, que sí son ricas en THC. dpa