Pequeños componentes celulares, las mitocondrias, son responsables de la eficiencia de nuestro organismo. Sin embargo, estas son vulnerables, aunque la buena noticia es que podemos cuidarlas. Quien se mueve o simplemente respira necesita energía. Y esta se nos transmite mayormente a través de las mitocondrias. Según explica el científico del deporte Ingo Froböse, de la Escuela Superior de Deportes de Alemania en Colonia, estas estructuras se presentan de a miles en nuestras células. Pero si estas pequeñas centrales energéticas de las células se ven afectadas, esto tiene consecuencias negativas para nuestro organismo: almacenamos más grasa, las células envejecen más rápido. Radicales libres son peligro para las centrales celulares Y esto funciona de la siguiente manera: las mitocondrias transforman carbohidratos y grasas de los alimentos en energía. Pero, si uno consume permanentemente demasiados alimentos ricos en carbohidratos, como pizza o pastas, entonces se generan más radicales libres, los que debilitan las mitocondrias. Por lo tanto, es recomendable tener en cuenta cuántos carbohidratos se están consumiendo. Entrenamiento de resistencia fortalece las mitocondrias Froböse explica que, para prevenir las mitocondrias cansadas, es de ayuda la práctica regular de un entrenamiento de resistencia, como correr, andar en bicicleta o caminar. Tras unas pocas semanas, ya comienzan a percibirse los efectos positivos, sostiene el director del instituto de investigación sobre los alcances del entrenamiento en la prevención. Esto se debe a que las mitocondrias se encuentran en un proceso constante de formación, multiplicación y descomposición, lo que brinda la posibilidad de influir positivamente en ellas. dpa