¿Cómo luchar contra el sudor y mantenerse fresco en días de calor?

La camisa se pega a la espalda y las manchas brotan bajo las axilas: en los días de calor, el sudor inevitablemente corre y corre. Se trata de una función corporal completamente normal, pero que muchos encuentran molesta. ¿Qué puede ayudar a mantenerse fresco?

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ARCHIVO - La transpiración es una función normal e importante del cuerpo, que ayuda a refrescarlo en un ambiente caluroso. Foto: Wolfgang Kumm/dpa
ARCHIVO - La transpiración es una función normal e importante del cuerpo, que ayuda a refrescarlo en un ambiente caluroso. Foto: Wolfgang Kumm/dpa

La camisa se pega a la espalda y las manchas brotan bajo las axilas: en los días de calor, el sudor inevitablemente corre y corre. Se trata de una función corporal completamente normal, pero que muchos encuentran molesta. ¿Qué puede ayudar a mantenerse fresco?

Poder pegarse una ducha a la noche y eliminar la transpiración suele ser un gran alivio en épocas de calor, aunque se trate solamente de un descanso breve.

El mecanismo que se encuentra detrás de la transpiración es considerablemente inteligente. La dermatóloga Uta Schlossberger lo describe como un aire acondicionado del cuerpo.

Cuando la temperatura ambiente aumenta, las glándulas sudoríparas de la piel producen una secreción de agua, sal, ácidos grasos y otras sustancias. En resumen: sudor. Este se evapora con el calor, lo que enfría la superficie de nuestra piel.

Cómo ayudan los desodorantes contra el mal olor

Pero el sudor no solamente se hace presente a través de manchas en la ropa, sino también a través del olor. Sus productos de descomposición -por ejemplo, amoníaco y aminoácidos- huelen a moho, a rancio, a ácido.

Por lo tanto, es una suerte que uno pueda utilizar un desodorante a bolilla, en espray o crema para repeler estos malos olores.

Sin embargo, esto no aportará demasiados resultados cuando se trate de transpiración ya preexistente. "El desodorante lo sella, por así decirlo. No se consigue nada con eso", indica Schlossberger.

Por ello, es mejor lavarse las axilas con agua y recién entonces pasar la bolilla, aplicar la crema o rociar el desodorante.

Por qué el aluminio no es tabú en el desodorante

La dermatóloga comenta que, especialmente cuando se suda mucho debajo de los brazos, los desodorantes con sales de aluminio funcionan bien. Son los llamados antitranspirantes, que contraen las glándulas sudoríparas para que se sude menos.

Durante los últimos años, algunos de estos antitranspirantes estuvieron temporalmente en el foco de las críticas. La sospecha era que el aluminio que ingresa al cuerpo a través del desodorante posiblemente podría incrementar el riesgo de cáncer de mama o de contraer Alzheimer. 

Sin embargo, en 2020 el Instituto Federal para Evaluación de Riesgos (BfR) de Alemania lo desestimó: "Los perjuicios para la salud debidos a la absorción de aluminio a través de la piel son improbables", sostuvo mediante un comunicado.

El motivo: a través de los antitranspirantes llega menos aluminio al cuerpo del que se creía hace todavía algunos años. Esto fue constatado a través de estudios científicos.

Sin embargo, quien así y todo prefiera seguir prescindiendo del alumnio en sus cavidades axilares, puede recurrir a desodorantes con bicarbonato, afirma la revista germana de defensa del consumidor Öko-Test en su edición de junio de este año. Se lo puede encontrar bajo la denominación "Sodium Bicarbonate" en la lista de sustancias.

De la fibra al color: por qué el atuendo marca la diferencia

Lo que también determina en gran medida el sudor es el tipo de prenda que se elija llevar.

"El algodón y el lino son fibras típicas del verano", afirma Stefan Thumm, de la Asociación de la Industria Textil y de la Confección de Baviera (VTB). Y muestran sus ventajas en los días de calor, porque permiten el paso de la respiración y absorben bien la humedad.

La viscosa, el modal y el lyocell -todas ellas fibras naturales obtenidas sintéticamente- también son cómodas de llevar en los días calurosos, según el experto textil.

Lo mejor, además, es elegir tonos claros para vestirse, por ejemplo el blanco o los tonos pastel. "Los colores oscuros se cargan más con el sol. El blanco, en cambio, refleja el calor", explica Thumm.

Y también el corte de la prenda tiene influencia: "Debería ser en lo posible vestimenta amplia", apunta la dermatóloga Schlossberger. Así puede circular mejor el aire y la piel cuenta con mayores posibilidades de refrescarse.

Sin embargo, incluso eligiendo la prenda óptima no puede evitarse por completo la transpiración, la que muchas veces deja sus huellas en forma de manchas amarillentas en la ropa.

El consejo de la Asociación de la Industria de Higiene Personal y Detergentes (IKW) de Alemania es utilizar polvo para lavar la ropa con agentes decolorantes, como la lejía.

En caso de que este método tampoco funcione, lo mejor será remojar el atuendo en agua caliente y, además del detergente, añadir una sal antimanchas o un gel con decolorante.

dpa

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