La esterilización es el método anticonceptivo más seguro para el hombre y la mujer, aunque no goza de popularidad. A continuación, exponemos lo que sucede en el quirófano y cómo cambia la práctica del sexo a partir de ese momento. Heiner Fischer es ahora infértil y lo cuenta sin tapujos, melancolía, enojo ni vergüenza. Este alemán de 38 años tomó esta decisión a conciencia. Se hizo cortar los conductos deferentes, para asegurarse de que ya no podría engendrar más hijos. El término médico para esta intervención se denomina vasectomía. "No es nada, en comparación con un parto", asegura Fischer. Tomó la decisión junto con su mujer, porque se siente tan responsable de la anticoncepción como ella. Solamente alrededor del tres por ciento de los hombres en Alemania se deciden, como Heiner Fischer, por una vasectomía. El corte de los conductos deferentes supera por lejos a otros métodos anticonceptivos en términos de seguridad. Así lo indica el llamado Índice Pearl, que compara los métodos anticonceptivos entre sí. Una vasectomía es definitiva La gran diferencia con la píldora, el condón o el espiral: una vasectomía es una intervención quirúrgica y se la debe entender como un paso definitivo. Así lo explica el profesor Florian Roghmann, especialista en urología y médico jefe en el Hospital Universitario de la Universidad del Ruhr de Bochum: "Si bien es posible volver atrás mediante la restauración quirúrgica de los conductos deferentes, esto no necesariamente funciona siempre". Sin embargo, el carácter definitivo de la vasectomía no fue motivo de preocupación para Fischer y su mujer. Porque, con sus dos hijos, ya se sienten completos como familia. A la pareja le importaba sobre todo encontrar una manera de tener sexo de manera despreocupada. La operación dura unos 30 minutos ¿Pero qué es lo que sucede exactamente en la mesa de operaciones? "Una vasectomía puede realizarse de manera ambulatoria, con anestesia total o local", indica el urólogo Roghmann. El médico realiza una incisión de aproximadamente un centímetro de longitud en el lado derecho e izquierdo del escroto y extrae una sección de los conductos deferentes. A continuación, corta un trozo de estos, de entre un centímetro y medio y dos centímetros de largo. En raros casos, los conductos deferentes cortados pueden volver a encontrarse en el tejido y unirse. Para evitarlo, el urólogo oblitera los conductos deferentes en sus extremos, los corta y los gira. A continuación se sutura la herida en diferentes capas de tejido. Roghmann especifica que las complicaciones en esta intervención, que se extiende por unos treinta minutos, son realmente poco frecuentes y que no exceden los riesgos clásicos de cualquier operación. La infertilidad se comprueba en el espermograma Tras la operación, Fischer debió esperar un tiempo hasta poder tener sexo sin protección. El urólogo del Hospital Universitario de la Universidad del Ruhr explica que, "después de la vasectomía, los espermatozoides pueden seguir estando presentes en las secciones secundarias del aparato sexual. Estos pueden aparecer en las primeras eyaculaciones posteriores a la operación". Por eso, hasta poder mantener relaciones sexuales sin protección, deben pasar entre uno y tres meses desde la intervención y comprobarse la infertilidad mediante un espermograma. Anticoncepción garantizada y vía libre para la sexualidad Entretanto ya pasó casi un año desde que Heiner Fischer se sometió a la vasectomía, y se siente feliz con la decisión. "La sexualidad con mi mujer es mucho más libre e intensa. No debemos pensar en su ciclo y podemos pasar más espontáneamente a la intimidad", afirma. Tampoco siente limitaciones ni cambios a nivel corporal. Su cuerpo sigue produciendo espermatozoides, pero estos ya no ingresan al esperma, sino que ahora el cuerpo los desintegra. Fischer pagó unos 500 euros (unos 528 dólares) por la vasectomía. Generalmente, los seguros médicos no asumen estos costos. Esterilización de la mujer: así es la intervención Lo que es posible en los hombres, también puede hacerse en las mujeres, que pueden esterilizarse mediante un corte en las trompas de Falopio. Al igual que la vasectomía, el procedimiento puede realizarse de forma ambulatoria o con hospitalización, explica la ginecóloga berlinesa Martina Nagel. Bajo anestesia total, se separan las trompas de Falopio mediante un pequeño corte de un centímetro a través de una pequeña incisión cerca del ombligo, se obliteran y se cierran con un clip. La intervención cuesta entre 600 y 1.000 euros. La operación no suele ser riesgosa, explica la médica. En muy raros casos puede haber sangrados posteriores, infecciones en la zona de la herida o una lesión en el intestino o la vejiga. Después de la operación, pueden aparecer dolores en el bajo vientre y se recomienda una semana de reposo. También esta intervención es definitiva. "Es posible hacer que los extremos de las trompas de Falopio vuelvan a ser permeables, pero no hay ninguna garantía", comenta Nagel. La ventaja de este método anticonceptivo es que las mujeres no tienen que tomar ninguna hormona, como por ejemplo la píldora. Aunque, aclara Martina Nagel, la demanda de esta operación es escasa. Lo que sí es más frecuente, detalla, es una esterilización posterior a una cesárea, cuando ya culminó la planificación familiar. "En ese caso, las mujeres están anestesiadas y la cavidad abdominal ya está abierta de todos modos", agrega. dpa