Cómo proteger a sus hijos de las peligrosas picaduras de garrapata

Las picaduras de garrapata pueden transmitir agentes patógenos peligrosos que desencadenan diversas enfermedades, por lo que los pediatras aconsejan a los padres que protejan a sus hijos de forma integral contra la enfermedad de Lyme y contra TBE, una meningoencefalitis de principios de verano, por ejemplo, mediante una vacuna.

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ARCHIVO - Las garrapatas son pequeñas, pero peligrosas, porque transmiten enfermedades graves. Foto: Marijan Murat/dpa
ARCHIVO - Las garrapatas son pequeñas, pero peligrosas, porque transmiten enfermedades graves. Foto: Marijan Murat/dpa

Las picaduras de garrapata pueden transmitir agentes patógenos peligrosos que desencadenan diversas enfermedades, por lo que los pediatras aconsejan a los padres que protejan a sus hijos de forma integral contra la enfermedad de Lyme y contra TBE, una meningoencefalitis de principios de verano, por ejemplo, mediante una vacuna.

Especialmente los niños en edad de jugar se topan frecuentemente con algunos de los animales hematófagos, que se alimentan de la sangre. Ya sea durante caminatas, entre pastos altos o en un bosque.

En Europa son varias las regiones en las que se registran la enfermedad de Lyme y TBE, y el número de casos va en aumento.

La Asociación Profesional de Pediatría y Adolescencia de Alemania (BVKJ, por sus siglas en alemán) recomienda por ello especialmente a los padres que viven en zonas de riesgo que protejan a sus hijos de las consecuencias de las picaduras de garrapata.

Existen diferentes opciones para hacerlo:

- La vacunación: la TBE transmitida por una picadura de garrapata puede provocar una inflamación del cerebro, de la meninge o de la médula espinal.

Se manifiesta en forma de síntomas parecidos a los de la gripe, que pueden aparecer entre una y dos semanas después de la picadura de la garrapata, según describe la BVKJ. Se recomienda urgentemente una visita al médico.

La mejor protección contra la TBE, a falta de una terapia adecuada, es la vacunación. Según indica el ente germano de control de enfermedades infecciosas RKI, está permitida para niños a partir de 12 meses y se recomienda para todas las personas que habitan en zonas de riesgo.

Se administran tres dosis de vacuna, con intervalos de varios meses. La recomendación de los médicos es que, para alcanzar una buena protección en primavera, los padres deberían comenzar en invierno con la inmunización. Posteriormente es necesario suministrar una dosis de refuerzo después de tres años, y luego otras cada cinco años.

En lo posible, es importante evitar por completo las picaduras.

- Vestimenta cerrada: de esta manera las garrapatas no podrán picar de manera directa, sino que deberán atravesar en primer lugar la ropa. Entonces todavía se estará a tiempo de descubrirlas y quitarlas.

- Repelentes: estos esprays se aplican sobre la piel, de manera de ahuyentar a las garrapatas. Sin embargo, aclara la BVKJ, su efecto no es muy duradero.

- Control: tras un día en la naturaleza, los padres deberán revisar si los niños tienen algún rastro de garrapata. Entre los lugares preferidos para las picaduras están el nacimiento del pelo, las orejas, el cuello, las axilas, el codo, el ombligo, la zona genital o la parte posterior de las rodillas.

- Extracción: en caso de que una garrapata haya logrado llegar a su meta, los padres deben retirar el ácaro con mucha precaución. Lo más fácil es hacerlo con una pinza o un instrumento para sacar garrapatas.

Para ello, colóque la pinza cerca de la superficie de la piel y agarre al animal por la cabeza o la boca, y no por el cuerpo. Posteriormente tire en línea recta. Importante: no se debe retorcer al extraer la garrapata.

- Control: tras la extracción, los padres deben desinfectar la zona de la picadura, marcarla y continuar observándola bien durante los días subsiguientes.

Si aparece un anillo rojo de infección alrededor -el llamado enrojecimiento errante- puede ser un primer indicio de la enfermedad de Lyme. Además del enrojecimiento errante, la hinchazón masiva de las articulaciones también representa una señal de alarma. En este caso, los padres deben consultar a un médico que les prescribirá antibióticos.

dpa

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