Bebés de vientres subrogados, atrapados por la guerra en Ucrania

Las imágenes de Kiev y de otras ciudades ucranianas, así como de la zona fronteriza son impactantes: mujeres con sus hijos recién nacidos en los refugios antiaéreos, bebés en brazos de soldados durante la evacuación y madres lactantes que intentan huir de los ataques rusos.

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HANDOUT - Oksana y Gero
HANDOUT - Oksana y Gero Berndt, residentes en Alemania, con su bebé en brazos en Kiev, unas dos semanas antes del inicio de la guerra. La pequeña Amy, gestada por subrogación de vientre en Ucrania, había nacido en enero. Foto: privat/Gero Berndt/privat/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial en relación con la cobertura actual de este tema y mencionando el crédito completo

Las imágenes de Kiev y de otras ciudades ucranianas, así como de la zona fronteriza son impactantes: mujeres con sus hijos recién nacidos en los refugios antiaéreos, bebés en brazos de soldados durante la evacuación y madres lactantes que intentan huir de los ataques rusos.

Desde que estalló la guerra, no solo millones de ucranianos temen por la vida de sus hijos, sino también cientos de ciudadanos de todas partes del mundo que en Ucrania esperan cumplir el sueño de ser padres. El país es uno de los pocos que permite la subrogación de vientre.

Gero y Oksana Berndt, procedentes de Alemania, fueron padres en enero con la ayuda de una madre sustituta. Cuando llegó la orden de que todos los alemanes debían abandonar Ucrania, no quisieron irse sin su bebé Amy.

Dos días antes del comienzo de la guerra, lograron juntar todos los papeles de su pequeña hija y reservaron un vuelo de regreso de Kiev a Hamburgo. Pero en la madrugada del 24 de febrero, la pareja se enteró del ataque ruso. 

Junto con otros residentes del edificio debieron bajar desde su apartamento en el séptimo piso al sótano. Podían escuchar las bombas. Debido al toque de queda, al principio tampoco tuvieron escapatoria. 

Finalmente, consiguieron un billete de tren, y tras pasar la noche del 1 de marzo en la estación lograron viajar a Lviv. Luego, unos amigos los recogieron en la frontera polaca.

"Ahora sé lo que significa correr para salvar tu vida", asegura Gero Berndt, de 50 años. También su mujer Oksana expresa su alivio. "Estoy muy contenta de que nuestra hija esté ahora a salvo", señala la ucraniana, de 40 años.

Sin embargo, resalta que tiene mucho miedo por su madre, que vive cerca de Chernóbil, y por sus amigos que aún no pudieron salir de la zona de guerra.

La pareja había intentado durante años tener un bebé con tratamientos de fertilidad en Alemania, donde la gestación subrogada está prohibida, como en muchos otros países. Por eso, muchas parejas acuden a Ucrania cuando, por ejemplo, una enfermedad o una operación imposibilitan el embarazo.

No se sabe cuántos bebés nacen actualmente en Ucrania de vientres de alquiler y que no pueden ser recogidos por sus padres definitivos.

Según anunció el 3 de marzo la agencia internacional de gestación subrogada VittoriaVita, la mayoría de las madres gestantes están "en regiones seguras del país" y reciben atención médica y psicológica.

La clínica reproductiva Biotexcom en Kiev informa actualmente a sus clientes en el extranjero de la situación a través de vídeos en Youtube y publicaciones en Facebook.

En su su página web, la clínica garantiza la seguridad de los bebés y destaca que el propio médico jefe lleva a los recién nacidos a un lugar seguro donde son atendidos por niñeras las 24 horas del día. La clínica adjunta un vídeo que lo demuestra.

El 28 de febrero, Biotexcom advirtió a los futuros padres que no llevaran a las mujeres gestantes para dar a luz en el extranjero debido a la guerra, ya que ese procedimiento es ilegal.

Holger Eberlein, abogado especializado en derecho médico, resalta que si bien la gestación subrogada está prohibida en Alemania, los padres que recurren a ella en el extranjero y las mujeres gestantes no sufren una penalización. Sin embargo aclara que, por el contrario, los intermediarios y los médicos que trabajan en este campo pueden ser sancionados.

"Las parejas podrían sacar a las madres de alquiler embarazadas de Ucrania y acogerlas en su casa, pero no muchos lo hacen", estima el abogado, que integra la junta directiva de la Asociación Alemana de Centros de Medicina Reproductiva.

"Si la madre subrogante tiene el niño en Alemania, es legalmente la madre del niño. Entonces, el proceso por medio de la adopción se vuelve más difícil", explica Eberlein.

Sin embargo, también Oksana Berndt tiene que pasar todavía por el proceso de adopción de su bebé en Alemania, a pesar de tener todos los papeles ucranianos y de ser ella la madre biológica y su marido el padre biológico.

Las mujeres subrogantes en Ucrania no están relacionadas genéticamente con el niño que llevan en su vientre. Se les implantan uno o varios embriones creados mediante inseminación artificial. El esperma o los óvulos pueden proceder de los mismos futuros padres o de padres biológicos completamente diferentes. Los clientes tienen la opción de seleccionar un donante de óvulos o de esperma a través de las bases de datos.

La geógrafa Carolin Schurr, de la Universidad de Berna, lleva años estudiando el mercado transnacional de los vientres de alquiler y las condiciones geopolíticas que convierten a los países en puntos críticos.

Schurr pide un acuerdo internacional comparable al Convenio de La Haya de 1993 para regular las adopciones internacionales.

"Las normativas nacionales no van lo suficientemente lejos", señala la profesora. Según Schurr se necesitan normas internacionales que protejan a las madres sustitutas en caso de que sufran problemas de salud.

"La gestación subrogada transnacional en Ucrania se realiza en el marco de un sistema económico capitalista global, que se beneficia de la disponibilidad barata de la mano de obra reproductiva de las madres sustitutas en regiones en crisis como el Donbass", afirma la investigadora.

En su investigación, Schurr apunta que el costo de una gestación subrogada en Ucrania asciende a cerca de 40.000 euros (unos 44.000 dólares) y que las madres de alquiler reciben entre un tercio y una cuarta parte de ese monto.

En la situación actual, no solo hay que tener en cuenta a los futuros padres, que temen por sus bebés. Por el contrario, Schurr subraya que la vida de las madres subrogantes y de sus familias deben estar en primer plano.

dpa

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