El cardenal Angelo Becciu, el primer purpurado que comparece ante el tribunal del Vaticano, se proclamó este jueves inocente en el juicio por fraude financiero y aseguró que es víctima de "una masacre mediática".
"Nunca quise que un euro, ni que un céntimo de los que he manejado, fuera desviado, mal utilizado o destinado a fines que no eran exclusivamente institucionales", declaró el religioso ante los jueces.
El purpurado, que ocupó el cargo de Sustituto de la Secretaría de Estado entre 2011 y 2018, es juzgado junto con un grupo de nueve personas, entre empresarios y funcionarios de la Curia Romana, por corrupción y malversación de fondos.
Destituido por el papa Francisco del cargo de prefecto para la Causa de los Santos, despojado también del título de cardenal en septiembre de 2020, Becciu sostiene que ha sido víctima de una "masacre mediática sin precedentes", de una "violenta campaña" destinada a "destruirlo" con "acusaciones absurdas, increíbles, monstruosas", dijo.
"Me han descrito como un hombre corrupto, codicioso de dinero y desleal al papa", lamentó al intervenir por primera vez desde que inició en julio el juicio.
Los acusados se enfrentan a varios años de prisión por fraude, malversación de fondos, extorsión, blanqueo de dinero y abuso de poder en un escándalo que incluye complicidades con el espionaje, paraísos fiscales y que ha generado un agujero de millones de euros en las cuentas vaticanas.
La oscura compra de un lujoso edificio en Londres y el entramado de empresas y fondos que dejaron un agujero en las finanzas de la Santa Sede son el eje central del proceso.
Sin embargo, en las últimas semanas, el juicio se había estancado por cuestiones de procedimiento, lo que puso en duda la eficacia de las instituciones de la Santa Sede.
Entre los diez acusados, la mitad estaba al servicio de la Curia Romana y participó en la controvertida compra del edificio en Londres por un costo de cerca 400 millones de dólares.
Para la compra del edificio se utilizaron inclusive recursos destinados a las obras de caridad personales del pontífice, según reconoció la Santa Sede.
La adquisición además fue realizada a un precio mayor de su valor real a través de paquetes financieros altamente especulativos, por medio de dos empresarios italianos residentes en Londres.
A finales de enero, el Vaticano concluyó la venta del polémico edificio de Londres, un escándalo que afectó la imagen de la Iglesia.
Durante el juicio será examinado también la financiación, con más de 138.000 dólares, de la cooperativa administrada por un hermano de Becciu.
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