Fotofobia: ¿por qué a algunos ojos les molesta la luz?

¿Los ojos reaccionan sistemáticamente con sensibilidad ante la luz?  ¿La persona no soporta la luz del sol ni tampoco la luz diurna, y mucho menos la de las lámparas? Esto bien puede ser un síntoma de una enfermedad ocular, pero también puede haber causas neurológicas.

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ILUSTRACIÓN - La fotofobia, uno
ILUSTRACIÓN - La fotofobia, uno de los problemas de la vista más frecuentes, puede deberse a diversas causas. Foto: Sina Schuldt/dpa

¿Los ojos reaccionan sistemáticamente con sensibilidad ante la luz?  ¿La persona no soporta la luz del sol ni tampoco la luz diurna, y mucho menos la de las lámparas? Esto bien puede ser un síntoma de una enfermedad ocular, pero también puede haber causas neurológicas.

Cuando los ojos no soportan la luz, los médicos lo definen como fotofobia. "Estas molestias se encuentran entre los problemas más comunes vinculados con el ojo humano", afirma el oftalmólogo y profesor Philipp Steven, de la Clínica Universitaria de Colonia, en Alemania.

Y no se trata solamente de que les resulta insoportable la claridad. Los afectados también suelen quejarse de dolores de cabeza y náuseas, a la vez que les lagrimean los ojos.

La sensibilidad a la luz puede tener diferentes motivos. Si las molestias no cesan, entonces debería consultarse a un oftalmólogo u oftalmóloga.

Diferentes motivos posibles

"La incidencia de la luz en el ojo es controlada por la pupila", señala Ludger Wollring, de la Asociación Profesional de Oftalmólogos en Alemania. La pupila se estrecha cuando hay claridad y se dilata cuando hay poca luz.

"Si este mecanismo se altera, puede caer demasiada luz sobre la retina y uno se siente cegado", explica.

También si se han sufrido daños en la córnea, por ejemplo por una radiación demasiado intensa de rayos ultravioleta, el ojo suele reaccionar escapando de la luz. Lo mismo ocurre frecuentemente en el caso de la conjuntivitis.

"Una inflamación grave del iris también suele ir acompañada de fotofobia", afirma el profesor Horst Helbig, director de la Clínica Ocular del Hospital Universitario de Ratisbona. Además del dolor en el ojo, esta inflamación suele hacer que las personas vean con menos nitidez.

Fotofobia con cataratas y glaucoma

Uno también puede ser sensible a la luz cuando el cristalino del ojo se nubla como consecuencia de una catarata. "Es un síntoma típico de la vejez", comenta Wollring.

Debido a la presencia de la catarata, la luz ya no se concentra lo suficiente, sino que se dispersa más, por lo que, en condiciones de poca luz, los afectados se sienten más fácilmente cegados.

Y también si se sufre de un glaucoma puede aparecer fotofobia. En el caso de este padecimiento, el nervio óptico se ve dañado de forma progresiva, y una presión intraocular demasiado elevada es uno de los factores de riesgo para desarrollar un glaucoma.

Asimismo, los ojos secos a raíz de muchas horas delante de la pantalla de un monitor pueden ser otro posible motivo para la sensibilidad ante la luz. Lo mismo vale para la migraña y otras enfermedades neurológicas.

Según comenta Philipp Steven, de la Clínica Universitaria de Colonia, la fotofobia también puede presentarse luego de una operación de ojos o por gotas para la dilatación de la pupila.

Con la edad, los ojos suelen ser más sensibles a la luz

Pero no siempre existe una causa de fotofobia que requiera tratamiento. "Es completamente normal que la sensibilidad del ojo a la luz aumente a lo largo de la vida, con el pasar de los años", afirma Helbig.

Y el especialista añade que a muchas personas les resulta útil llevar más frecuente lentes de sol. En general es aconsejable, sobre todo al llegar a la tercera edad, acudir preventivamente y con regularidad al oftalmólogo.

En caso de que la sensibilidad a la luz se presente de manera repentina e intensa, debería acudirse al médico, siempre y cuando estas molestias no desaparezcan luego de algunas horas. 

Wollring indica que si, además, se suman otros síntomas, como un enrojecimiento de los ojos, dolores o lagrimeo, se debe concurrir al oftamólogo.

¿Es pasajero o a largo plazo?

Que la fotosensibilidad sea pasajera o permanezca por largo tiempo dependerá de la causa que la provoque. Con frecuencia suele presentarse solo de manera pasajera.

Una córnea dañada, por ejemplo, puede curarse en pocos días. Un ataque de migraña pasa más o menos rápido. Y la opacidad del cristalino como consecuencia de una catarata puede tratarse mediante cirugía.

"En muy raros casos la sensibilidad a la luz se convierte en un problema duradero", puntualiza Wollring. Por ejemplo, si se sufre de una aniridia. 

La aniridia se define como la ausencia parcial o total del iris. Asimismo, las personas albinas suelen reaccionar frecuentemente con sensibilidad ante la luz.

dpa

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