Todos hemos oído hablar durante la pandemia de los trastornos olfativos que pueden aparecer a raíz de una infección en el tracto respiratorio superior. Cuando se produce una parosmia, que es el término médico con el que se describe la distorsión del sentido del olfato, los olores se perciben de un modo totalmente distinto. Pero no hay que desesperar: existen entrenamientos para combatir el problema. La distorsión de un sentido tan fundamental como el olfato puede generar problemas a los afectados, que harán bien en consultar a un otorrinolaringólogo y dar comienzo a algún tipo de tratamiento. ¿Cómo funciona el entrenamiento olfativo? El entrenamiento consiste en estimular el olfato con regularidad a través de diversos tipos de aromas para acelerar la recuperación. Haciéndolo, la nariz se recuperará entre dos y tres veces más rápido que si uno no hiciera nada. Lo ideal es ponerlo en práctica con aceites esenciales puros sin aditivos y elegir aromas que difieran mucho entre sí, sobre todo al comienzo. Un buen ejemplo sería oler fragancias de rosa, de limón, de clavo de olor y de eucalipto. El entrenamiento en concreto: - Oler los aceites por la mañana y por la noche, durante 15 minutos, de manera alternada y haciendo pequeñas pausas entre las fragancias. - Realizar el ejercicio de pie o sentado en una postura erguida, inhalando y exhalando con calma y a un ritmo regular y constante. - Sostener cada aceite debajo de una narina durante unos 4 ó 5 segundos, tapando la otra narina, y respirar. Repetir entre dos y cuatro veces y luego cambiar de orificio. - Mientras uno se concentra en un aroma, vale la pena plantearse ciertas preguntas, como por ejemplo, cuán intensa es la percepción de esa fragancia en particular, si uno puede reconocerla y qué recuerdos o emociones le despierta el perfume percibido. dpa