La inflación en Sri Lanka alcanzó un récord de 11,1% en noviembre, según cifras oficiales publicadas este miércoles, y las autoridades advirtieron que el agravamiento de la crisis económica podría llevar a nuevos racionamientos alimentarios.
La economía de esta isla, que depende mucho del turismo, fue golpeada de lleno por la pandemia. El gobierno impuso una prohibición general de importaciones con el objetivo de consolidar las reservas de divisas, pero esto ha provocado la escasez de productos de primera necesidad.
Los supermercados racionan desde hace meses la leche en polvo, el azúcar, las lentejas y otros productos de primera necesidad, ya que los bancos no tienen dólares suficientes para financiar las mercancías extranjeras.
La escasez provocó además un alza de los precios, y el costo de los alimentos se disparó un 17% con respecto al año pasado, según el departamento de censo y estadísticas de Sri Lanka.
La inflación es la más alta desde que el ministerio lanzó su Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en 2015.
Las autoridades podrían decidir nuevas raciones alimentarias y solicitar una ayuda extranjera para dar de comer a los más pobres, declaró a la prensa el secretario del ministerio de Agricultura, Udith Jayasinghe.
"Deberemos quizás pedir prestado cereales como maíz a países amigos (...) para que las madres y los enfermos puedan comer. Otros quizás tengan que hacer sacrificios", dijo.
A finales de noviembre, las reserves de divisas extranjeras de Sri Lanka eran de apenas 1.580 millones de dólares, contra 7.500 millones cuando el presidente Gotabaya Rajapaksa asumió el poder en 2019.
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