Diez millones de enfermos diagnosticados y menos de 200 camas disponibles. China tiene un cuarto de los casos de Alzheimer del mundo, pero parece desamparada frente a esta enfermedad que sigue creciendo.
"Ningún otro problema de salud pública es tan amenazador en China", dice Wei Shouchao, neurólogo en la universidad de médica de Guangdong (sur).
Con el rápido envejecimiento de la población, el número de enfermos debería ser cuatro veces mayor y llegar a 40 millones en 2050, según un estudio de la London School of Hygiene and Tropical Medicine.
El Alzheimer costaría a la economía china un billón de dólares al año, una verdadera ruina.
"Es la enfermedad que avanza más rápidamente en China y no estamos para nada equipados para hacerle frente", admite el neurólogo.
En Estados Unidos, por ejemplo, con 6,2 millones de enfermos, hay 73.000 camas destinadas a estos pacientes en centros especializados.
- Demasiado tarde -
En el país asiático, la enfermedad se complica por el hecho de que se diagnostica a menudo demasiado tarde. Fue el caso de Chen Shaohua, un exmúsico de 68 años.
Cuando comenzó a perder las llaves o el monedero sus allegados pensaron que estaba simplemente un poco confuso.
"Nunca pensamos en el Alzheimer porque no hubo casos en la familia y porque es aún joven", dice su hija, Chen Yuanyuan.
Luego, Chen Shaohua se perdió una vez y después otra, durante casi dos días. La policía le encontró intentando entrar en una casa que no era la suya.
"El lugar se parecía al que vivíamos antes. Papá estaba perdido, había olvidado que vivíamos en Pekín", dice su hija.
Fue la prueba irrefutable de que algo muy grave le estaba ocurriendo. Pero el diagnóstico llegó tarde.
Esta falta de detección temprana de la enfermedad hace los pacientes permanezcan sin tratamiento ni acompañamiento durante años, según He Yao, del Centro nacional de investigación clínica sobre las enfermedades geriátricas.
"Es una pena porque actuar antes permite frenar el avance de la enfermedad", dijo a la AFP.
El éxodo rural también tiene su importancia, ya que millones de personas en edades de riesgo se encuentran solas en el campo sin hijos para detectar ciertos síntomas o cuidarlos.
"Los doctores en los ámbitos rurales no están preparados para los diagnósticos precoces", afirma Wei.
- Voluntarios buscando a ancianos perdidos -
El gobierno anunció el año pasado un plan de acción "Salud 2030" que prevé impulsar la detección de la enfermedad en los vecindarios.
Pero el plan no da detalles sobre la creación de estructuras de acogida o formación de médicos.
"En Pekín, por ejemplo, solo hay un centro para personas de edad avanzada con personal formado para tratar a los pacientes con Alzheimer", dice Wei.
En este contexto, el hijo de Chen, Chen Yunpeng, se vio obligado a llevar a su padre a su lugar de trabajo, un almacén en una empresa de logística, donde al menos puede vigilarlo.
La primera vez que se perdió, sus hijos, impotentes, tuvieron que llamar a una asociación de voluntarios que ayuda a buscar a personas mayores que desaparecen.
Más de una decena de personas acudieron al lugar donde Chen fue visto por última vez y ayudaron a la policía a ver las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona.
La asociación afirma que ayudó a encontrar a unos 300 enfermos de Alzheimer desde 2016.
"Recibimos llamadas casi todos los días desde muchos lugares del país", dice Su Xiao, que dirige el Centro de búsquedas de emergencia Zhiyuan, en Pekín.
"Lo más peligroso es cuando una persona mayor se encuentra en una zona abandonada o en obras o cuando las condiciones meteorológicas son malas", afirma.
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