Portugal, que ya se vio muy afectado por la variante Alfa del coronavirus a principios de año, se encuentra bajo la amenaza de la variante Delta, que podría provocar una cuarta ola de contagios y restricciones.
Una docena de municipios, entre ellos Lisboa, no han aplicado la última fase de desconfinamiento que entró en vigor hace diez días y este fin de semana se prohibieron los viajes entre la región de Lisboa y el resto del país para evitar que la pandemia se extienda.
La variante Delta, antes conocida como variante india y considerada más contagiosa que la Alfa detectada en el Reino Unido, ya se ha convertido en predominante en la capital portuguesa y sus suburbios, donde representa más del 60% de los nuevos casos detectados, informó el domingo el Instituto Nacional de Salud (Insa).
"Estamos intentando retrasar su llegada a otras partes del país para que la gente pueda protegerse más mediante la vacunación", reaccionó el lunes la ministra de Sanidad portuguesa, Marta Temido, admitiendo que "puede ser necesario" aplicar más restricciones.
"Tenemos que evaluar sobre la marcha y pedimos el apoyo de todos para, en la medida de lo posible, evitar medidas con consecuencias económicas y sociales muy graves", añadió, mientras la mayoría de los países europeos siguen suavizando las restricciones contra el covid-19.
Con un aumento del 54% en el número de nuevos casos diarios durante la última semana en comparación con los siete días anteriores, Portugal es el país europeo en el que la epidemia avanza con mayor virulencia, por delante del Reino Unido, según datos recopilados por AFP.
En la media de los últimos siete días, los nuevos brotes diarios superaron los 1.100 casos, frente a los poco más de 300 de hace seis semanas.
Casi la mitad de los casi diez millones de portugueses han recibido una dosis de la vacuna contra el covid-19 y algo más de una cuarta parte ya está totalmente vacunada.
Sin embargo, el número de personas hospitalizadas se ha duplicado en un mes, hasta alcanzar casi 450 pacientes.
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