Todo el mundo quiere escuchar bien durante toda la vida. Pero, ¿qué le hace bien al oído y qué lo daña? Dos otorrinolaringólogos respondieron a estas preguntas. Estos son sus consejos: 1. ¿Limpiar los oídos? ¡Solo si es necesario! Tener cera en las orejas es algo natural. "En realidad, los canales auditivos se limpian solos", dice el profesor Thomas Klenzner, subdirector de la Clínica de Otorrinolaringología y director del centro de audición del Hospital Universitario de Düsseldorf. En todo caso, se puede quitar cuidadosamente con un hisopo o bastoncillo de algodón la cera visible en la zona delantera del pabellón auricular. "Pero en ningún caso debe el hisopo penetrar muy profundamente o con firmeza en el canal auditivo", advierte Klenzner. De lo contrario, existe el peligro de que se produzcan lesiones pequeñas por las que pueden penetrar gérmenes y causar inflamaciones en el canal auditivo y en el tímpano. 2. No introducir objetos punzantes en el oído De ninguna manera hay que introducir objetos punzantes, como agujas de tejer, limas de uñas u otros objetos con punta, en el oído para remover la cera. "Además de un alto riesgo de lesiones, también es alta la probabilidad de que lo único que se logre sea empujar la cera aún más hacia adentro en el oído, en vez de quitarla", afirma el otorrinolaringólogo alemán Bernhard Junge-Hülsing. En caso de que se haya formado un tapón de cera, lo mejor es ir al médico para que lo quite en la consulta. 3. Nada de velas para la limpieza de oídos La conoterapia, también llamada terapia termoauricular, consiste en velas para la limpieza de oídos que miden entre 20 y 30 centímetros y son como lápices de cera de abejas o parafina. La publicidad promete que, al encenderlas, generan un efecto liberador sobre el canal auditivo y los senos paranasales, eliminando los tapones de cera. Por otro lado, se afirma que ayudan a combatir el estrés. "Que estas velas sirvan de algo es algo bastante controvertido científicamente", señala Junge-Hülsing. En su opinión, su uso es "demasiado peligroso". Añade además que la cera que gotea puede causar graves quemaduras, tanto en el tímpano como en la cara. 4. En caso de picor en los oídos hay que ir al médico ¿Pica el oído? "Por favor, no meter los dedos ni objeto alguno en el oído, por más grande que sea la tentación", señala Klenzner. Cuando la picazón no cede y aparece dolor de oídos, es necesario que sea un otorrinolaringólogo el que aclare la causa. Es posible que en estos casos de trate de una infección que se puede tratar con gotas. Cuando la picazón aparece en determinadas situaciones, como por ejemplo después de lavarse el pelo, puede ser de ayuda hacerse un test de alergia. A veces, el picor es causado por algunos ingredientes del champú. Las enfermedades inflamatorias de la piel, como la psoriasis o la neurodermatitis, también pueden provocar picores en el conducto auditivo o el pabellón auricular. 5. Usar tapones para los oídos cuando hay mucho ruido Estar sometidos de forma constante al ruido fuerte no es bueno para los oídos. "Los sonidos persistentes de más de 85 decibeles pueden dañar el oído a largo plazo", advierte Klenzner. Trabajar con un martillo neumático sin protección, por ejemplo, puede significar un daño importante para los oídos. Por eso, si se sabe que se estará sometido a ruidos fuertes, lo mejor es usar tapones e, idealmente, que estos hayan sido fabricados por un especialista en acústica. 6. Los oídos también se benefician de una alimentación balanceada Según Junge-Hülsing, no hay alimentos específicos que beneficien a los oídos. Sin embargo, la alimentación tiene importancia. Si es equilibrada y rica en vitaminas, es beneficiosa para todo el cuerpo, incluyendo los oídos. 7. Tomar en serio las primeras señales de problemas de audición No hay que pasar por alto determinadas señales, como por ejemplo si, durante una conversación, se tiene que preguntar permanentemente: "Disculpe, ¿qué dijo?" o si hay que subir todo el tiempo el volumen de la radio y la televisión para entender algo de lo que se escucha. "Cuanto antes se trate una disminución de la audición, más altas son las probabilidades de que se pueda encontrar algo que ayude a largo plazo", afirma Thomas Klenzner. Escuchar bien es importante para no perder capacidades cognitivas. "Escuchar mal también puede favorecer la demencia", señala Klenzner. Por eso, en su opinión, es importante establecer las causas cuando aparecen las primeras señales de que se escucha mal. dpa