Los estándares de construcción deben someterse a un "cambio de paradigma" para proteger mejor contra las enfermedades transmitidas por el aire, dijo el jueves un grupo de expertos destacados, aprovechando las lecciones aprendidas por la pandemia de covid-19.
Los diseños de edificios futuros deben incorporar una mayor ventilación y medidas de limpieza del aire, incluida la filtración y desinfección utilizando filtros y dispositivos ultravioletas, escribieron en la revista Science.
Esto se debe a que los datos acumulados sugieren que las pequeñas partículas que contienen el coronavirus que se liberan al respirar, hablar, estornudar y toser son factores importantes en la propagación del covid.
Los 39 expertos, que incluyen a algunos de los ingenieros ambientales más destacados del mundo, señalaron que había una marcada disparidad en la forma en que los gobiernos regulan la seguridad alimentaria, el saneamiento y el agua potable, en comparación con los patógenos transmitidos por el aire.
La transmisión aérea de enfermedades no se reconoció durante mucho tiempo, escribieron los autores, porque "es mucho más difícil rastrear las infecciones transmitidas por el aire", mientras que la contaminación de alimentos y agua casi siempre proviene de una fuente fácilmente identificable.
"Los estudios de transmisión aérea son mucho más difíciles de realizar porque el aire como medio de contagio es nebuloso, está muy extendido, no es propiedad de nadie y no está contenido", indicaron los expertos.
Además, "la mayor parte de la construcción de edificios modernos se ha producido después de una disminución en la creencia de que los patógenos transportados por el aire son importantes" y, por lo tanto, carecen de elementos de diseño y construcción para mitigar el riesgo.
"La tasa de ventilación será diferente para los diferentes lugares de acuerdo con las actividades que se realicen allí", dijeron, con tasas más altas requeridas para los gimnasios en comparación con las salas de cine.
También tendrán que diferir las tasas de ventilación según el tipo de patógeno que prevalece actualmente, dado que la emisión y las dosis infecciosas varían.
También es importante agregar sistemas de control para ajustar el uso de energía y prevenir la contaminación del aire por contaminantes externos en el interior, agregaron los especialistas en el documento.
Los autores pidieron estándares globales de calidad del aire interior establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el desarrollo de estándares integrales por parte de gobiernos nacionales y organismos profesionales.
También pidieron un amplio uso de monitores, para que el público conozca la calidad del aire en los espacios interiores que comparten.
"Se necesita un cambio de paradigma en la escala como el que ocurrió cuando el Informe Sanitario de Chadwick en 1842 llevó al gobierno británico a alentar a las ciudades a organizar suministros de agua potable y sistemas de alcantarillado centralizados", concluyeron.
ia/jm/mls/rsr