El Parlamento aprobó este miércoles la polémica reforma de una ley que reforzará los poderes del gobierno de Angela Merkel para imponer medidas contra el covid-19, entre fuertes protestas que enfrentaron a la policía y a miles de manifestantes en Berlín.
La nueva ley, que prevé la imposición automática de fuertes restricciones cuando una zona alcance una alta incidencia de casos, se adoptó gracias a los votos de los conservadores y de los socialdemócratas, aliados en una coalición gubernamental. En total, 342 diputados votaron a favor, 250 en contra y 64 se abstuvieron.
Mientras los diputados votaban la reforma, cerca de 8.000 manifestantes protestaban contra la nueva ley no muy lejos del edificio del Reichstag, que alberga el Parlamento alemán.
La policía recurrió a gases lacrimógenos para dispersarlos, e informó de siete arrestos, asegurando que algunos congregados lanzaron proyectiles contra los agentes.
Los manifestantes no llevaban mascarillas sanitarias ni estaban respetando las distancias de seguridad, y la mayoría rechazó moverse de allí, gritando lemas como "¡Nosotros somos el pueblo!", "¡Basta de confinamiento!" o "Defendemos nuestras libertades", observó una periodista de la AFP.
Tras esta votación el texto tendrá que pasar por el Bundesrat (Consejo Federal, cámara alta), probablemente el jueves, antes de entrar en vigor.
Para el gobierno, es crucial tomar el control de la gestión de la pandemia, que ha provocado en un año más de 80.000 muertos en el país, azotado ahora por una tercera ola que parece no haber llegado aún a su punto más alto.
"Vacunar y hacer test ya no basta" para "romper esta tercera ola", lanzó el ministro de Salud, Jens Spahn, ante la asamblea, calificando la situación de "muy grave".
- Un tema "muy sensible" -
El objetivo de esta norma es aumentar las competencias del jefe de gobierno federal en los ámbitos sanitario y educativo.
Concretamente, la ley da a la canciller el poder de decretar restricciones severas hasta el 30 de junio si los contagios alcanzan los 100 por cada 100.000 habitantes.
La activación automática de este recurso pondrá fin a las tensiones con las regiones, cuyos dirigentes suavizan o incluso ignoran en ocasiones las medidas estrictas decretadas por la canciller, Angela Merkel.
La cuestión no es simple en un país que aprecia su sistema federal, instaurado tras el nazismo. Por ejemplo, la instauración de los toques de queda nocturnos aviva los malos recuerdos en la ex-RDA comunista.
Así, el ministro de Interior socialdemócrata de la región de Turingia, Georg Maier, se opuso a que la policía controle el cumplimiento de este toque de queda. "Es un tema muy sensible aquí, en el este de Alemania", dijo.
Frente a las críticas, el gobierno flexibilizó su proyecto inicial de prohibir las salidas entre las 21h y las 5h y propuso un toque de queda menos severo por ejemplo las salidas para hacer deporte hasta medianoche, y estricto entre medianoche y las 5h, salvo por razones laborales, según un proyecto modificado consultado por la AFP.
Pero el equipo de Merkel no quiere desterrar la idea del toque de queda, ya que lo concibe como "una señal de la situación dramática que vive Alemania y de que el gobierno se la toma en serio", resumió el ministro de Economía Peter Altmaier.
El miércoles, la tasa de incidencia disminuyó levemente, hasta 160,1 de promedio, con cerca de 23.000 nuevos casos. El aumento diario de contagios varió en los últimos días, entre 10.000 y casi 30.000.
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