Palaos ha declarado la apertura de una burbuja de viajes con Taiwán, un "rayo de luz" que muestra que el mundo emerge lentamente de la pandemia del coronavirus.
Tras una visita a Taiwán, el presidente de Palaos, Surangel Whipps, acompañó a unos 100 turistas de regreso a la pequeña nación insular del Pacífico el jueves por la noche, a bordo del primer vuelo turístico que aterriza desde que el archipiélago cerró las fronteras en marzo del año pasado.
Whipps posó para selfis mientras unos bailarines tradicionales saludaban a los visitantes con mascarilla.
"Nos hace sentir que podemos superarlo. Hay una luz al final del túnel. Está empezando a mejorar y podemos combatir esta pandemia", declaró el presidente.
Palaos, una nación de 18.000 habitantes situada a unos 1.000 km al este de Filipinas, es uno de los pocos lugares en la Tierra que no ha registrado casos de covid-19.
Pero su economía, muy dependiente del turismo, se ha visto afectada por la pandemia y cuando Whipps fue elegido en noviembre pasado advirtió que daría prioridad a una burbuja con Taiwán.
Aunque Taiwán se declara libre de coronavirus se seguirán aplicando medidas estrictas, que incluyen realizar tests a todos los turistas antes de que embarquen e imponer turismo en grupo, sin excursiones individuales.
Para limitar al máximo el contacto con los habitantes de Palaos, los turistas tendrán que alojarse en hoteles designados, comer en áreas de restaurante separadas y comprar solo en horarios fijos.
Whipps reconoció que someterse a un test no era la mejor manera de comenzar unas vacaciones y aseguró que, con el tiempo, se flexibilizarán algunas de las normas.
"Sé que es incómodo, pero hay que mantener a la gente a salvo", afirmó.
Se prevén 16 vuelos semanales que según Whipps contribuirán a la recuperación económica.
También hay un elemento político para el corredor de viajes. Palaos es una de las 15 naciones que reconocen a Taiwán pese a las presiones de China.
"Es importante que mostremos al mundo lo fuerte que es esta asociación", afirmó el presidente.
El embajador de Estados Unidos en Palaos, John Hennessey-Niland, acompañó a Whipps a Taiwán antes del vuelo del jueves.
La presencia en Taiwán de un diplomático en activo disgustó a China, que considera a la isla parte de su territorio y amenaza con recuperar el control, si fuera necesario por la fuerza.
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