Biohacking, nueva tendencia para la autooptimización corporal

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ILUSTRACIÓN - Siete a ocho
ILUSTRACIÓN - Siete a ocho horas de sueño son las recomendables para mantener en buen estado al cuerpo y la mente. Foto: Christin Klose/dpa

Costumbres a la hora de la comida, procesos, rutinas de entrenamiento: hay muchos ajustes que es factible hacer para sentirse mejor. Los biohackers promueven la autooptimización del cuerpo hasta la cima. ¿Y qué es lo que estas personas hacen distinto?

El estadounidense Mark Moschel escribió alguna vez: "Lo que diferencia a los biohackers del resto del mundo de la autooptimización es el acceso sistemático a nuestra propia biología".

Moschel afirmó que se trata de ser "absolutamente la mejor versión" de uno mismo. Y, para eso, es necesario probar qué es lo que a uno le hace bien y qué no. "En el biohacking se trata de ensuciarse las manos y aprender de sus experiencias", añadió.

MODIFICAR EL PROPIO PROGRAMA CORPORAL

El médico deportivo Wilhelm Bloch lo describe así: Se intenta -de forma parecida a un hacker que quiere modificar un programa de ordenador- cambiar el propio programa del cuerpo mediante estímulos.

Un ejemplo es un ayuno curativo durante una fase de entrenamiento altamente intensivo. El cuerpo tiene que rendir mucho, pero recibe pocas calorías y de esta manera es sometido a un estrés relativamente alto.

"Eso conduce a una desintoxicación, pero también modifica el sistema", explica Bloch, quien investigó esta práctica en un experimento con deportistas. "En un gran porcentaje posteriormente cambió su metabolismo, su cuerpo procesó de otra manera los nutrientes", señala.

Bloch trabaja en genómica funcional en la Universidad Deportiva Alemana de Colonia: "El hombre tiene un hardware, los genes, que funcionan de una determinada manera", comenta.

Mediante estímulos, los genes son activados o desactivados, o bien se los pone en otro estado funcional. Bloch observa lo que pueden provocar determinados estímulos, por ejemplo el ayuno curativo en el deporte intensivo.

El experto también cuenta de pacientes con cáncer a los que entrena. "Allí analizamos lo que influye la actividad de las células asesinas naturales, que atacan y destruyen el cáncer, y ahí vimos que algunos estímulos realmente hacen más agresivas a estas células", expresa.

SALIR DE LA ZONA DE CONFORT

Para los deportistas activos, Bloch considera que el entrenamiento cardiovascular de alta intensidad por intervalos es un "biohack" que alguna vez se puede probar.

"Allí se sale de la zona de confort y suben la frecuencia cardíaca y la carga, y a la larga uno puede sentirse mejor y más en estado a través de esta medida", indica.

Bloch resume que quien modifique su alimentación, vaya a entrenar a la altura, modifique la intensidad de sus sesiones deportivas o duerma más o menos que lo habitual puede llegar a modificar el sistema de forma duradera. "Existen numerosos estímulos", acota.

De todas maneras, aclara que tiene un problema con el biohacking: "Bajo este concepto se sintetiza extremadamente mucho y para muchas cosas faltan evidencias".

O sea, dice, en otras palabras, la prueba de lo que esto finalmente de verdad consigue. Por ejemplo, con ciertas sustancias vegetales y complementos alimenticios (los llamados nootrópicos), que supuestamente aumentan el rendimiento mental.

UN PLAN PARA DORMIR MEJOR

Andreas Breitfeld es uno de los que lleva el biohacking a un nivel máximo. Análisis del sueño, cámara de oxígeno, luz infrarroja, baños helados, meditación. 

Este hombre, que cuenta en Múnich con un "biohacking lab", tiene una serie de herramientas de autooptimización. Algunas de ellas cuestan miles de euros, aunque Breitfeld también conoce biohacks sencillos y gratuitos.

Breitfeld afirmó durante un workshop en la feria de artículos deportivos Ispo -que este año se celebró exclusivamente online- que un buen sueño es increíblemente importante para reducir el estrés crónico. 

Sus recomendaciones para que las noches sean mejores: Se debería planificar cuándo ir a la cama e ingerir una comida fuerte como máximo tres horas antes. "Quien come directamente antes no duerme bien", asegura.

En caso que guste de tomar un vasito de vino, es preferible beberlo a última hora de la tarde en lugar de a la noche, para que el cuerpo metabolice el alcohol hasta la hora de dormir.

También es conveniente si una o dos horas antes de irse a dormir ya no se mira permanentemente el teléfono inteligente ni la televisión. El experto en biohacking puntualiza que la luz azul de las pantallas "mata de lo contrario un poco de la producción de melatonina". La melatonina es coloquialmente conocida como la hormona del sueño. 

También el futbolista de la Bundesliga Erling Haaland intenta reducir estos estímulos lumínicos durante la noche para dormir mejor. La estrella del Borussia Dortmund contó hace algunos meses durante una entrevista que, con este objetivo en mente, utiliza unos lentes con un filtro especial. 

LOS FACTORES SE INFLUYEN UNOS A OTROS

El autor de libros y biohacker Max Gotzler sostuvo durante el taller de Ispo que en definitiva en el biohacking se trata de volver a recuperar el control sobre la propia biología y lograr que esta trabaje para uno de la mejor manera posible. 

Se trata de elementos como alimentación, movimiento, medio ambiente y recuperación, así como el conocimiento de que una modificación de uno de estos elementos puede influir a los otros, tanto para bien como para mal. "El estrés crónico empeora prácticamente todo", agrega.

Uno de los "biohacks" que Gotzler recomienda contra el estrés apunta a priorizar y reducir los factores de estrés. Por ejemplo, en la medida que se desactivan las notificaciones en el smartphone o sencillamente conectando el teléfono en modo avión durante una tarea laboral importante.

También pueden resultar beneficiosos auriculares que reduzcan los ruidos externos (noise cancelling). "Para que se tenga la energía para focalizarse", indica Gotzler.

LA PARÁBOLA DEL VINO NUEVO EN ODRES VIEJOS

La Ispo designa al biohacking como una nueva tendencia para la autooptimización corporal, aunque tal vez esto pueda llegar a ser demasiado exagerado.

El médico del deporte Bloch opina: "El concepto biohacking en sí no es tan malo, aunque sea un poco como la parábola del vino nuevo en odres viejos. Pero con él uno puede proponerse algunas cosas que hacen sentido".

Sin embargo, advierte que existe el inconveniente de que se utilice este concepto para todo lo posible y, de esta manera, también en parte para cuestiones que en el mejor de los casos no aportarán nada y, en el peor, depararán más perjuicios que beneficios.

Porque, en definitiva, Bloch sostiene que cada uno tendrá que probar con qué medidas puede ganar en salud, satisfacción y fitness gracias al biohacking.

dpa

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