En Wuhan, en medio de banderolas rojas, maniquíes vestidos con trajes de protección y lemas a la gloria del Partido Comunista, una exposición celebra la victoria sobre el coronavirus revindicada por China.
Un año después de que esta ciudad, epicentro del covid-19, entrara en cuarentena, el 23 de enero de 2020, China está intensificando la propaganda para proteger la reputación del régimen comunista, empañada por su gestión en las primeras semanas de la epidemia.
El país pudo limitar el contagio a menos de 90.000 casos y 4.635 muertos, según el balance oficial, pero el virus se propagó por todo el mundo, con hasta ahora más de dos millones de fallecidos.
Por eso las autoridades quieren rendir homenaje a los primeros socorristas de principios de 2020, intentando borrar los aspectos menos gloriosos, como los interrogatorios de la policía a los médicos que dieron la alarma, ya a finales de 2019.
En el enorme parque de exposiciones de Wuhan, los visitantes pueden sumergirse en la atmósfera de la metrópoli de 11 millones de habitantes cuando fue puesta en cuarentena.
Esta ciudad a orillas del río Yangtsé se convirtió de la noche a la mañana en la primera del mundo en vivir el confinamiento, que duró 76 días.
Ahora, cuando la normalidad ya ha vuelto a las calles de Wuhan, decenas de maniquíes vestidos con trajes de protección completa acoge a los visitantes, bajo un mar de banderolas rojas.
También hay camas de hierro que evocan los hospitales de campaña que se construyeron en pocos días para acoger a miles de pacientes, así como enormes retratos del presidente Xi Jinping. Algunos paneles más pequeños rinden homenaje al personal sanitario que sucumbió al virus.
Entre ellos el del doctor Li Wenliang, que fue acusado por la policía de propagar "rumores" cuando alertó a sus familiares sobre la aparición de un nuevo virus.
Su muerte en febrero desencadenó una ola de ira en las redes sociales, pero el texto que acompaña su foto no la menciona.
- "Buena gestión" -
La exposición emociona a Wang Chen, un visitante de 20 años. "Wuhan pasó un año difícil en 2020", dice a la AFP, aunque asegura que China "gestionó muy bien la crisis".
En los últimos días se han vuelto a registrar casos de contagio en el norte del país, con más de 100 contaminaciones diarias, la cifra oficial más alta desde julio.
En un intento de esclarecer el origen del virus, un equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a Wuhan la semana pasada, más de un año después del comienzo de la pandemia. La investigación debería poder empezar a finales de enero, tras una cuarentena de dos semanas.
Wang espera que los expertos internacionales "establezcan la inocencia de Wuhan", donde se sospecha que un mercado que vendía animales vivos fue el detonante del brote.
Un comité de expertos bajo mandato de la OMS llegó a la conclusión esta semana de que "habría sido posible actuar más rápidamente sobre la base de los primeros indicios" de la epidemia en China.
Pero preguntada sobre la cuestión, la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, defendió el martes la gestión sanitaria de Pekin.
"Como primer país en hacer sonar la alarma de la epidemia mundial, China tomó decisiones rápidas y decisivas, aunque solo disponía de información incompleta" sobre el virus, subrayó.
Antes del aniversario del confinamiento de Wuhan, se estrenará el viernes un documental en los cines chinos llamado "Días y noches en Wuhan", que evita hablar de los muertos y el pánico que se apoderó de la ciudad.
Según un artículo de la página oficial de la película, "por el contrario, busca recrear el espíritu de resistencia [a la epidemia] a través del poder del amor".
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