El primer ministro Kyriakos Mitsotakis instó este martes a la Iglesia ortodoxa de Grecia, que desea celebrar la Epifanía en pleno confinamiento, a "asumir sus responsabilidades" y "participar en el gran esfuerzo para limitar las consecuencias de la epidemia" de coronavirus.
Este llamamiento se produce después de la publicación de un comunicado del Santo Sínodo, órgano supremo eclesiástico, indicando que la Iglesia "no iba a consentir las medidas impuestas por el gobierno" y que las iglesias se abrirán en todo el país para celebrar el miércoles 6 de enero, la fiesta ortodoxa de la Epifanía.
En un breve encuentro, el martes, entre el arzobispo Jerónimo II, jefe de la Iglesia ortodoxa griega, no separada del Estado, y Kyriakos Mitsotakis, el primer ministro subrayó "la necesidad del estricto respeto de las medidas sanitarias por parte de todos" e incitó a "la Iglesia a dar el ejemplo", según un comunicado de sus servicios.
El gobierno había flexibilizado en diciembre para las fiestas de fin de año el estricto confinamiento impuesto el 7 de noviembre, al autorizar las celebraciones religiosas con un número limitado de fieles en los lugares de culto donde es obligatorio llevar mascarilla.
Pero, ante el temor de una tercera ola, el gobierno decidió el sábado pasado volver a un confinamiento estricto, poniendo fin a las celebraciones en las iglesias y cerrando los comercios no esenciales.
La segunda ola de la epidemia en el país ha sido mucho más virulenta que la de la primavera boreal.
El país registró más de 5.000 muertes desde la aparición del virus en febrero, de las cuales más de 4.000 se produjeron en los últimos dos meses.
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