El estado de emergencia sanitaria entrará en vigor el lunes en Portugal acompañado en la mayor parte del país de un toque de queda, que entre semana será nocturno y el fin de semana empezará a las 13H00, anunció este sábado el primer ministro Antonio Costa.
Esta "prohibición de circular en la vía pública" se aplicará en los 121 municipios sujetos desde el miércoles a un nuevo confinamiento y donde vive alrededor del 70% de los portugueses, afirmó Costa tras un consejo de ministros extraordinario.
"La única forma de controlar la pandemia es evitar las interacciones sociales", afirmó el jefe del gobierno socialista.
Desde principios de octubre, el número de nuevos contagios diarios por coronavirus ha pasado de 2.000 a 6.000.
"Son medidas esenciales para controlar la pandemia sin decretar un nuevo confinamiento general" como el de primavera, recalcó.
El presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, decretó el viernes el estado de emergencia sanitaria, que se aplicará al menos hasta el 23 de noviembre, para permitir al gobierno imponer nuevas restricciones con el objetivo de frenar la pandemia.
Las autoridades también podrán exigir controles de temperatura o la realización de tests para el acceso a determinados locales, y movilizar a funcionarios, como militares o profesores, para ayudar a reforzar los equipos sanitarios de rastreo de contactos.
Siete de cada diez portugueses están sometidos ya desde el miércoles a un "deber cívico de confinamiento domiciliario" y en los 121 municipios afectados el teletrabajo es obligatorio en la medida de lo posible.
Pero, a diferencia de la primavera, los colegios permanecen abiertos, así como los comercios, restaurantes y salas de espectáculos, que sin embargo cerrarán más temprano.
Durante la primera ola de la crisis sanitaria, las autoridades portuguesas declararon el estado de emergencia durante seis semanas.
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