Nada de selfies delante del Coliseo ni salidas a las pizzerías para los jugadores y jugadoras del torneo de tenis de Roma que comenzó este lunes. Una vez controlados a su llegada, no podrán dejar sus hoteles cuando no estén en el estadio.
Como en los torneos disputados en Estados Unidos, el Masters 1000 de Roma se juega sin público, para decepción de los organizadores, que querían albergar a unos miles de espectadores, como otras competiciones en septiembre en Italia (Fórmula 1 o Mundial de motociclismo), y cuando el torneo de Roland-Garros de París podrá abrir parcialmente sus puertas.
Los jugadores van a vivir bajo una "burbuja" a partir de su llegada a Roma hasta su eliminación.
Los test PCR, tras el realizado sistemáticamente a su llegada a Italia, deberán ser repetidos cada cuatro días por los jugadores y cada cinco por las jugadoras, sobre la base de los protocolos de la ATP y de la WTA.
Los jugadores y jugadoras están instalados en dos hoteles dispuestos para recibirlos, uno para los hombres, y otro para las mujeres, en los que deberán imperativamente quedarse cuando no estén el Foro Itálico, el estadio romano que alberga las pistas, los vestuarios, las salas de preparación y las ruedas de prensa (retransmitidas por circuito interno, los jugadores no tienen contacto con los periodistas).
- Acceso restringido -
En el Foro Itálico, el acceso está permitido a poco más de un millar de personas, entre los jugadores, su entorno, miembros de la ATP y de la WTA, empleados y los raros periodistas autorizados en el lugar.
Con respecto a la burbuja neoyorquina, "es un poco lo mismo, tal vez un poco menos estricto", comentó el lunes en Roma el tenista griego Stefanos Tsitsipas, de regreso del US Open.
"Tenemos el permiso de no llevar máscaras en las pistas, lo que me parece totalmente lógico, en la medida en que todos los jugadores han sido controlados", añadió el griego, que no ve inconveniente en no poder "ir a la ciudad para hacer turismo".
La rumana Simona Halep reconoce tener "un poco de miedo por lo que pasa en el mundo, pero me siento segura" en el Torneo de Roma.
"Aquí, todo está bien administrado. No podemos dejar el hotel, no podemos dejar la burbuja", añadió la número dos mundial (primera cabeza de serie en Roma), que no estuvo en el Abierto de Estados Unidos.
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