Hong Kong está a punto de registrar una epidemia de "gran alcance", advirtió este miércoles la jefa del ejecutivo, Carrie Lam, al tiempo que la ciudad implementaba medidas de distancia física más estrictas.
A partir de este miércoles, los 7,5 millones de habitantes de la ciudad, muy densamente poblada, deberán llevar mascarilla en público, mientras que los restaurantes solo podrán ofrecer comidas para llevar.
Las reuniones de más de diez personas, excepto si son familiares, no serán autorizadas. Además, las infracciones se podrán multar con 5.000 dólares hongkoneses (550 euros, 645 dólares).
La excolonia británica fue una de las primeras zonas afectadas por la epidemia y al principio registró resultados notables en su estrategia de lucha contra el coronavirus.
Las cadenas de contagio local fueron prácticamente atajadas en junio, pero las infecciones volvieron a aumentar hace unas semanas, lo que llevó a las autoridades a ordenar nuevas medidas de distancia física.
En lo que va de mes se han registrado unos 1.500 contagios, es decir, tantos como los casos registrados entre enero y finales de junio.
Y desde hace seis días, la ciudad registra más de 100 nuevos casos diarios.
"Estamos al borde de una epidemia de gran alcance que podría comportar el hundimiento de nuestro sistema hospitalario y costar vidas, particularmente entre las personas mayores", declaró Lam en un comunicado.
El uso de mascarilla ya era obligatorio en los transportes públicos y en lugares públicos cerrados, mientras que los restaurantes solo podían recibir clientes en sus salas hasta las 18H00.
Por otro lado, el gobierno anunció que construirá, con la ayuda de China, un hospital de campaña con 2.000 camas cerca del aeropuerto internacional.
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