Empieza la gran peregrinación a La Meca, con importantes restricciones sanitarias

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Los fieles musulmanes seleccionados para el hach empezaron este miércoles la gran peregrinación de La Meca, en un formato restringido a causa de la pandemia del nuevo coronavirus, que los obliga a guardar una cuarentena antes y después.

En pequeños grupos, cada uno con un guía, los fieles dieron siete vueltas a la Kabaa, la construcción cúbica que se encuentra en el centro de la Gran Mezquita de La Meca, según imágenes en directo de las televisoras sauditas.

Con mascarilla y a distancia los unos de los otros, los peregrinos en fila india caminaron alrededor de la Kabaa, vigilados por policías y otros agentes oficiales.

Luego hicieron siete veces el camino entre Safa y Marwa, dos rocas cerca de la Kabaa, siguiendo los pasos de Hajar, la esposa del profeta Abraham.

El jefe de la fuerza especial de la Gran Mezquita, Yahia Al Akil, declaró a la televisión estatal El Ekbariya que los ritos se llevaron a cabo "en un tiempo récord y con total fluidez".

Los peregrinos acudieron posteriormenete a Mina, a cinco kilómetros al este de la Gran Mezquita, para pasar la noche y luego celebrar una jornada de rezo e invocaciones sobre el monte Arafat, la culminación del hach.

"Es un sentimiento indescriptible", declaró un peregrino egipcio, Mohammed Ibrahim, de 43 años. "Es como un sueño".

Entre 1.000 peregrinos, según las autoridades sauditas, y 10.000, según los medios, todos residentes en el pais, participan este año en el hach, un número ínfimo comparado con los 2,5 millones de 2019.

El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todos los fieles deben cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello.

"No tenemos preocupaciones relacionadas con la seguridad este año y se trata de proteger a los peregrinos de los peligros de la pandemia", declaró a los periodistas Jaled bin Qarar al Harbi, director de Seguridad Pública.

Los peregrinos fueron colocados en cuarentena a su llegada a La Meca este fin de semana.

Debido a la pandemia de covid-19 los peregrinos no pueden tocar la Kaaba, advirtieron las autoridades, que indicaron que se desplegarán clínicas móviles y ambulancias sobre el terreno.

Alrededor del 70% de los peregrinos son residentes extranjeros en el reino, que registró cerca de 270.000 casos de infección del nuevo coronavirus, una de las tasas más altas de Oriente Medio.

- Proceso transparente -

Este año, la prensa extranjera no fue autorizada a cubrir el acontecimiento, de alcance mundial.

Arabia Saudita indicó que tan solo un millar de peregrinos residentes en el reino podrían realizar la peregrinación este año, pero según los medios locales la cifra podría alcanzar los 10.000.

La selección fue objeto de críticas pero el ministro del Hach, Mohamed Benten, insistió en la transparencia del proceso y subrayó que el criterio determinante fue "la protección de la salud" de los participantes.

"No esperaba ser bendecido entre millones de musulmanes", comentó complacido el peregrino emiratí Abdalá al Kathiri, que fue seleccionado.

Según el ministerio del Hach, residentes extranjeros oriundos de unos 160 países presentaron su solicitud por internet.

A pesar de la pandemia, algunos fieles consideran que la peregrinación será más segura este año, sin las colosales multitudes que cada año suponen una verdadera pesadilla logística y un riesgo de accidentes mortales.

En general, cada peregrino desembolsa miles de dólares pero este año el gobierno saudita cubre la mayoría de los gastos, incluyendo el alojamiento y las comidas, según algunas fuentes.

La pandemia puede tener un fuerte impacto económico en Arabia Saudita, donde el turismo religioso genera cada año unos 12.000 millones de dólares (10.600 millones de euros).

A causa de la covid-19, en marzo se suspendió la "omra", el "pequeño peregrinaje", que suele atraer a decenas de miles de fieles todos los meses.

Las restricciones ligadas a la peregrinación de este año agravarán el marasmo económico del país, según los analistas. Arabia Saudita enfrenta una fuerte bajada de los precios del petróleo, a causa del hundimiento de la demanda mundial y de las consecuencias de la pandemia.

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