La Iglesia católica se unió este jueves a fuerzas conservadoras bolivianas que piden el aplazamiento de las elecciones del 6 de septiembre por la escalada de la pandemia, solicitud que debe resolver el órgano electoral.
"Mientras sube el número de contagiados en Bolivia, no conviene realizar las elecciones" en la fecha prevista, declaró el presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Ricardo Centellas, a la red católica de noticias Erbol.
El planteamiento de los obispos coincide con versiones de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) analiza postergar los comicios hasta noviembre, cuando se cree que los contagios de coronavirus estarán en una curva descendente.
Con 11 millones de habitantes, de los que siete millones están habilitados para sufragar, Bolivia registra más de 64.000 infectados y 2.328 decesos.
La presidenta interina y candidata de derecha, Jeanine Áñez, dijo que espera "la evaluación y la decisión que tome el Tribunal Electoral".
"Les corresponde a ellos como órgano independiente, esa no es una atribución del poder ejecutivo", declaró la noche del miércoles a la privada Cadena A de televisión.
"Nosotros tendremos que acatar la decisión que ellos tomen, como lo hicimos cuando establecieron la fecha del 6 de septiembre para ir a las urnas", agregó.
Por su parte, el Movimiento Al Socialismo (MAS), del expresidente Evo Morales, y la Central Obrera Boliviana (COB) insistieron en la realización de los comicios en la fecha prevista.
"Si el Tribunal Supremo Electoral posterga las elecciones es un nuevo golpe contra la democracia. El pueblo ha soportado con mucha paciencia dos postergaciones. El objetivo es prorrogar al gobierno de facto", tuiteó Morales desde Buenos Aires, donde se refugió tras dimitir en noviembre de 2019.
"La COB se declara en estado de emergencia ante cualquier intento de querer suspenden las elecciones del 6 de septiembre", dijo el líder de la Central, Juan Carlos Huarachi.
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