El Abierto de Estados Unidos tiene la luz verde de las autoridades para celebrarse a finales de agosto sin espectadores, aunque enfrenta la resistencia a acudir por parte de grandes figuras del tenis.
"Estamos emocionados de que el Abierto de Estados Unidos se vaya a celebrar en Queens (Nueva York) del 31 de agosto al 13 de septiembre", anunció el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, en su conferencia de prensa diaria.
"Se disputará sin aficionados pero lo podremos ver por televisión, y yo me quedo con eso", dijo Cuomo.
La celebración de este torneo del Grand Slam estuvo sumida en la incertidumbre durante semanas debido a la expansión del coronavirus en Nueva York, el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, y ahora enfrenta también la posibilidad de que grandes figuras decidan ausentarse.
A medida que se fueron conociendo las restricciones que se establecerán para resguardar a los jugadores del coronavirus, figuras como Novak Djokovic han ido expresando sus dudas acerca de viajar a Nueva York, que ya cuenta con la baja segura por lesión de Roger Federer.
La Federación de tenis de Estados Unidos (USTA), organizadora del evento, "tomará precauciones extraordinarias para proteger a los jugadores y al personal", subrayó Cuomo.
"Reconocemos la tremenda responsabilidad de acoger uno de los primeros eventos deportivos mundiales en estos tiempos difíciles", dijo de su lado Mike Dowse, director ejecutivo de la USTA, en un comunicado.
El Abierto suele ser el último de los cuatro Grand Slam en disputarse cada año pero ahora será el segundo del calendario, ya que Roland Garros fue aplazado hasta el 20 de septiembre mientras Wimbledon canceló su edición por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. El Abierto australiano se disputó entre enero y febrero.
- Un mes en Nueva York -
La USTA, que llegó a plantearse trasladar la sede a Orlando (Florida) o Palm Springs (California) para esquivar el virus, se decantó finalmente por otros ajustes para resguardar al máximo la temporada de pista dura en Estados Unidos.
Para ello el Masters 1000 de Cincinatti fue también movido a Nueva York y se celebrará entre el 22 y 28 de agosto, a las puertas del Abierto, con el fin de que los jugadores puedan mantenerse en un mismo lugar durante casi un mes.
Para reducir el formato del Abierto, las eliminatorias de clasificación de individuales serán suprimidas mientras que las categorías de dobles se reducirán de 64 emparejamientos a solo 32.
Albergar su torneo de Grand Slam es un alivio para la USTA, que ha tenido que acometer recientemente el despido de 110 empleados. Los ingresos serán menores sin público pero se salvan los pagos por derechos de televisión.
Según los protocolos del torneo, los jugadores tendrán la opción de alojarse en un hotel o alquilar una casa a su cargo fuera de Manhattan, y se les permitirá estar acompañados por tres miembros de su equipo en lugar de solo uno, como se había reportado.
En cuanto a las pruebas de COVID-19, los jugadores deberán someterse a una antes de partir a Nueva York y después una o dos semanales durante toda su estancia. También se aplicarán las tomas regulares de temperatura, el uso de mascarillas y el distanciamiento físico.
- Oposición de jugadores -
Los planes de la USTA fueron recibidos en las últimas semanas con amplias reservas entre los principales jugadores, especialmente el número uno del mundo, Novak Djokovic.
Las dudas de 'Nole' fueron compartidas por el australiano Nick Kyrgios o el número dos mundial y campeón vigente del Abierto, Rafael Nadal, quien dijo a principios de este mes que no jugaría el torneo si se fuera a celebrar en ese momento.
Por el lado de la WTA, la checa Petra Kvitova, dos veces ganadora en Wimbledon, también es escéptica pero cree que muchas jugadoras se apuntarán al torneo por motivos económicos.
"Para ser honesta, no tengo ganas de ir... no podemos hacer nada. Y, sobre todo, jugaremos sin aficionados, que es lo peor que hay para mí", dijo Kvitova. "Pero es un torneo en el que se podrá ganar dinero después de mucho tiempo y creo que irán muchas jugadoras".
En cambio, su compatriota Karolina Pliskova adelantó que "definitivamente" viajará a Nueva York.
"Llevo seis meses en casa. Es importante empezar", dijo la número tres del mundo. "Si nos quedamos en casa esperando la situación ideal, podemos esperar para siempre".
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