La pandemia de coronavirus continúa su avance aunque las medidas de contención parecen comenzar a dar frutos en ciertos países de Europa y en Estados Unidos, donde el balance diario de muertes disminuye levemente, mientras España prepara este lunes la reapertura parcial de su economía.
Esta epidemia ya ha provocado la muerte a más de 112.500 personas en todo el mundo desde que el nuevo coronavirus fue identificado en diciembre en China, en una cifra lúgubre que se ha duplicado en poco más de una semana.
Estados Unidos sigue siendo el país más golpeado con al menos 22.020 muertes y poco más de 555.000 casos confirmados, aunque Europa sigue siendo el continente más afectado por la pandemia, con un total de 75.011 muertes y 909.673 casos de contaminación.
Pero el número de muertes registradas diariamente muestra signos de disminución durante varios días en algunos de los países más afectados, como Italia, Francia y Estados Unidos.
Italia anunció el domingo su día menos letal en más de tres semanas, con 431 muertos en 24 horas para contar casi 20.000 muertos en total. Desde el 19 de marzo, la cifra diaria había superado sistemáticamente los 500 muertos.
Francia también observa "una caída muy leve" en el número de pacientes en cuidados intensivos por cuarto día consecutivo, así como el número de muertes en un día en el hospital, con 310 decesos en comparación con 345 el día anterior, para un total de 14.393 muertos.
El presidente Emmanuel Macron, que debe dirigirse a los franceses el lunes, planea extender el encierro al menos hasta el 10 de mayo.
La pandemia también parece estar llegando a su punto máximo en Estados Unidos, donde se registraron 1.514 otros decesos en 24 horas, una cifra en declive por segundo día consecutivo.
Se trata de una señal alentadora que llevó al experto principal de la Casa Blanca, Anthony Fauci, a admitir que la economía de Estados Unidos podría reiniciarse gradualmente en mayo.
Sin embargo, Andrew Cuomo, gobernador del estado de Nueva York, el epicentro de la enfermedad en territorio estadounidense con más de 9.000 muertes, emitió una advertencia: "No vemos una caída significativa, es solo una estabilización".
Sin embargo, en España, el tercer país más golpeado del mundo con 16.972 muertos, el balance diario volvió a crecer levemente después de tres días consecutivos de declive.
A pesar de todo, numerosos españoles reanudan el trabajo este lunes, y los negocios no esenciales podrán reabrir después de dos semanas de "hibernación" económica. Ante el temor de un repunte en los contagios, el gobierno anunció que distribuiría 10 millones de máscaras a las personas obligadas a tomar el transporte público para regresar al trabajo.
"Todos estamos deseosos de recuperar las relaciones, de salir a la calle (...), pero el deseo es aún mayor de ganar esta guerra, de evitar una recaída", dijo el primer ministro Pedro Sánchez.
"Esta vuelta a determinadas actividades no es sinónimo de relajación y por eso la policía va a continuar realizando controles de movilidad, no vamos a bajar la guardia", anunció de su lado María Pilar, comisaria de la Policía Nacional.
- Caos en Guayaquil -
El saldo de la epidemia podría ser terrible en los países más pobres, como se tornó patente en la capital económica de Ecuador, Guayaquil, donde se han recolectado casi 800 cadáveres en residencias privadas, después que la propagación del coronavirus puso en colapso los servicios hospitalarios y funerarios.
"La cantidad que nosotros hemos recogido, con la fuerza de tarea en viviendas, superó las 700 personas" fallecidas, dijo a la prensa Jorge Wated, quien lidera un equipo de policías y militares creado por el gobierno ante el caos desatado en Guayaquil por la COVID-19.
El responsable señaló luego a través de su cuenta en Twitter que esa fuerza de tarea conjunta, que opera desde hace tres semanas, hizo el levantamiento legal de 771 muertos en viviendas y 631 en hospitales, cuyas morgues están colmadas.
Pero la epidemia golpeó también a los poderosos. El primer ministro británico, Boris Johnson, de 55 años, escapó por poco según su propia admisión.
"Todo podría haber cambiado", dijo en un video publicado por sus servicios de prensa luego de ser dado de alta del hospital donde permaneció durante una semana, incluidos tres días en cuidados intensivos. La epidemia ha provocado la muerte de más de 10.000 personas en el Reino Unido.
En tanto, religiosos de todo el mundo vivieron un domingo de Pascua -fecha en que según la tradición cristiana se conmemora la resurrección de Cristo- en condiciones sin precedentes, con iglesias desiertas y ceremonias sin fieles.
El papa Francisco apeló el domingo al "contagio de la esperanza", durante su tradicional bendición "Urbi et Orbi" pronunciado este año, por fuerza del coronavirus, dentro de una basílica de San Pedro vacía.
En tanto, en Turquía el presidente Recep Tayyip Erdogan se negó el domingo a aceptar la renuncia de su poderoso ministro del Interior, Süleyman Soylu.
El ministro se encuentra en el centro de una tormenta de críticas por la forma en que el viernes en la noche se anunció la entrada en vigor, apenas dos horas más tarde, de la prohibición de salir a las calles durante el fin de semana en las 30 mayores ciudades del país.
Este anuncio de el último momento provocó la avalancha de miles de turcos en pánico en las tiendas para comprar provisiones, desafiando las reglas de distanciamiento social.
China, donde la epidemia parece estar contenida, anunció el domingo 97 nuevos "casos importados" de contaminación, principalmente debido a chinos que regresaron a sus hogares desde el extranjero, un nivel nunca alcanzado desde principios de marzo.
En todos los rincones del mundo, el encierro pesa sobre los humanos enclaustrados, pero en Panamá policías uniformados, con máscaras y guantes, entretuvieron a la gente cantando y bailando canciones del astro local Rubén Blades, el argentino Diego Torres y el grupo británico Queen.
Al mismo tiempo, el grupo de países exportadores de petróleo y sus principales asociados anunciaron en la noche del domingo un acuerdo pare reducir la producción de crudo en 9,7 millones de barriles al día a partir del 1 de mayo por un período de dos meses, para recuperar los precios internacionales, que se desplomaron al inicio de la pandemia.
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