Más de 3.900 millones de personas, la mitad de la población mundial, ya ha sido invitada u obligada a quedarse en sus hogares para luchar contra la propagación del COVID-19, según un conteo realizado el jueves a partir de una base de datos de la AFP.
Esas medidas, en forma de confinamientos obligatorios o recomendados, toques de queda o cuarentenas, afectan a más de 90 países o territorios. La instauración del toque de queda en Tailandia (en vigor a partir del viernes) es la medida que permitió alcanzar el umbral del 50% de la humanidad.
Al menos 2.780 millones de habitantes, en 49 países y territorios, han sido llamados a confinarse de forma obligatoria.
Ninguna región del mundo se libra: Europa (Italia, España, Francia, Reino Unido, Asia (India, Nepal, Sri Lanka...), Oriente Medio (Irak, Jordania, Líbano, Israel), África (Sudáfrica, Marruecos, Madagascar), América (Colombia, Argentina, Perú, y una gran parte de Estados Unidos) y Oceanía (Nueva Zelanda).
Eritrea es el último país en sumarse a la lista.
En la mayoría de casos, las personas pueden salir de sus casas para ir a trabajar, comprar productos de primera necesidad o ir al médico.
Otros territorios (al menos diez, que concentran 600 millones de habitantes) llaman a sus ciudadanos a permanecer en sus casas, pero no los obligan a hacerlo. Es el caso de México, de los principales Estados de Brasil, de Irán, de Alemania, de Uganda y de Canadá.
Al menos otras 26 naciones o territorios (alrededor de 500 millones de habitantes) impusieron toques de queda.
Es algo que se ha visto mucho en países latinoamericanos, como Chile, Guatemala, Ecuador, República Dominicana, Panamá y Puerto Rico, pero también en África (Egipto, Kenia, Costa de Marfil, Burkina Faso, Mali, Senegal, Sierra Leona, Mauritania y Gabón).
Asimismo, al menos siete países han puesto a sus principales ciudades en cuarentena y prohibieron las entradas y salidas. Es el caso de Kinshasa, Riad, Helsinki, entre otras.
jah/mw/meb/jz