Arabia Saudita anunció este lunes que aumentará sus exportaciones de petróleo a un volumen récord de 10,6 millones de barriles diarios (mbd) a partir de mayo, en medio de su batalla con Rusia por el control del mercado, pese a las críticas.
El precio del barril continuó cayendo, en paralelo, afectado por la falta de acuerdo entre Riad y Moscú y, sobre todo, por la pandemia de COVID-19, que hizo que la demanda de crudo se desplomara.
“El reino planea subir sus exportaciones de petróleo en 600.000 bd desde mayo, por lo que las exportaciones aumentarán hasta los 10,6 mbd", dijo un responsable del ministerio de Energía citado por la agencia estatal SPA.
A principios de marzo, Arabia Saudita había anunciado un aumento de sus exportaciones a 10 mbd para abril, tras el fracaso en las negociaciones sobre una prórroga de la reducción de la producción entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia, destinada a apoyar los precios.
El reino exportaba anteriormente unos 7 mbd en el marco de un acuerdo alcanzado por el cártel y sus socios, con Moscú a la cabeza.
- Mantener el nivel -
Tras las negociaciones fallidas, Arabia Saudita bajó fuertemente los precios y anunció que aumentaba su producción para abril a 12,3 mbd. Emiratos Árabes Unidos siguió sus pasos y se comprometió a producir al menos un millón de barriles más cada día a partir de abril.
Según Amin Nasser, director general del gigante petrolero Saudi Aramco, su compañía puede mantener su producción a ese nivel durante al menos 12 meses sin necesidad de construir nuevas instalaciones.
Con todo, Riad necesita que el petróleo tenga un precio fuerte para equilibrar su presupuesto, pues su economía es muy dependiente del crudo.
Así las cosas, los precios del petróleo se hundieron el lunes, siguiendo la caída de los mercados financieros frente a la crisis relacionada con la pandemia de COVID-19.
El precio del barril de WTI, referencia en Estados Unidos, cayó a unos 20 dólares, mientras que el de Brent del mar del Norte era inferior a 23 dólares, unos niveles que no se veían desde principios de los años 2000.
Según los analistas, las últimas decisiones de Riad se enmarcan en una estrategia para conquistar, a largo plazo, una mayor parte del mercado frente a sus rivales, que no pueden aguantar costes altos de producción, sobre todo los productores de petróleo de esquisto estadounidenses.
De este modo, los sauditas ignoraron el llamado del secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo al príncipe heredero Mohammed bin Salmán para que “tranquilice a los mercados de la energía y financieros” frente a la crisis mundial que se perfila.
En este contexto, Rusia y Estados Unidos -importante aliado de Arabia Saudita- acordaron este lunes que sus ministros de energía traten sobre el tema.
En teoría, Arabia Saudita “podría ser el último que quede en pie, en vista de sus reservas financieras y de su capacidad para pedir préstamos si es necesario”, según los analistas de JBC Energy.
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