Las favelas de Rio, en alerta contra el coronavirus

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Los habitantes de las favelas de Rio de Janeiro, generalmente hacinados en espacios insalubres y confrontados a la precariedad de los servicios médicos, entraron en alerta ante la propagación del nuevo coronavirus en Brasil.

"La ironía es que la enfermedad fue traída por los ricos a Brasil, pero va a explotar entre los pobres", estima Paulo Buss, director de la unidad de relaciones internacionales de Fiocruz, un prestigioso centro de investigación en salud pública.

El especialista se refería a que la pandemia entró en Rio principalmente a través de viajeros procedentes de los países afectados y golpeó inicialmente a los barrios más ricos y turísticos de ciudad.

Pero la confirmación el sábado de un primer caso de Covid-19 en Ciudad de Dios, una emblemática favela que inspiró la película homónima, desató las alarmas.

Casi un cuarto de los habitantes de Rio, es decir 1,5 millones de personas, viven en favelas, gran parte de ellas instaladas en cerros empinados que dan sobre las zonas cariocas de mayor riqueza.

Es el caso de las favelas gemelas Tabajaras/Cabritos, en las alturas de Copacabana, el barrio más turístico de la ciudad, pero también donde se concentra la población de mayor edad.

"Aquí están todos muy asustados" de que la enfermedad suba la ladera, explica Vania Ribeiro, vicepresidenta de la asociación de residentes de Tabajaras y Cabritos. "El dispensario más cercano es el mismo que atiende a personas ancianas de Copacabana y a los turistas de todo el mundo".

- "Vulnerabilidad social" -

En favelas como esta, las consignas de "distanciamiento social" y "gestos barrera" son difíciles de aplicar.

"Nos dicen que hay que lavarse las manos siempre, pero ¿cómo hacerlo cuando hay cortes constantes de agua potable? ¡No vamos a lavarnos las manos con agua mineral!", agrega Vania Ribeiro.

La alcaldía de Rio indicó a la AFP que ha "intensificado las campañas de prevención en las favelas".

La municipalidad recomienda principalmente el aislamiento en un cuarto de toda persona bajo sospecha de contagio.

Si la vivienda "tiene solo un cuarto, la orientación es que las personas contagiadas debe intentar permanecer a un metro de distancia de los demás residentes", dice la alcaldía.

Un proyecto irrealizable para muchos.

"Las estadísticas oficiales muestran que la mayor parte de las casas de las favelas tiene dos o tres espacios, con cinco a ocho habitantes. ¿Cómo puedes aislar a una persona contagiada en esas condiciones?", cuestiona Paulo Buss.

Además de la densidad poblacional, muchas personas viven en condiciones insalubres.

"En las comunidades hay casas muy cerradas, con poca ventilación, espacios a los que no llega la luz del sol, con muchas habitantes", dice Patricia Canto, neumonóloga de la Escuela Nacional de Salud Pública de Fiocruz.

A eso se suma que en las favelas "hay una transmisión muy alta de enfermedades respiratorias, como la tuberculosis", con tasas de contagio diez veces superior a la media nacional, agrega.

"Para el coronavirus, se considera a los ancianos como el grupo más vulnerable, pero no debemos olvidar los casos de vulnerabilidad social", señala Canto.

- Economía informal -

Muchos habitantes de las favelas dependen de la economía informal y el confinamiento amenaza con privarlos de todo medio de subsistencia.

En Rio no se ha determinado el aislamiento total, como en Argentina, Chile o Francia.

Pero las escuelas y la mayoría de los comercios fueron cerrados, al igual que las playas y los principales lugares turísticos, donde muchos pobladores de barrios pobres son vendedores ambulantes.

"Eso impacta directamente en la economía, en las personas sin empleo formal. Van a tratar de seguir trabajando, porque es una cuestión de sobrevivencia", lamenta Joelma Sousa, de la ONG Redes da Maré, instalada en un conjunto de favelas cerca del aeropuerto internacional.

La alternativa es "morirse de hambre o correr el riesgo de morirse contagiándose el coroanvirus", resume.

Lo más preocupante, para Joelma Sousa, es la precariedad de los servicios sanitarios en las favelas. "Los dispensarios carecen de material y de personal. Estos días, cerraron a las 15H00, tres horas antes de lo previsto, por falta de médicos", cuenta.

En Tabajaras, Vania Ribeiro también debe resolver problemas inesperados.

"Aquí el medio de transporte más práctico para subir es la moto-taxi. Vamos a pedir a la policía que ya no sea obligatorio usar el casco para el pasajero, porque el mismo casco pasa de cabeza en cabeza", explica, mencionando solo uno de los tantos dilemas de estos barrios pobres de Rio en plena pandemia mundial.

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