El terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter el martes provocó la caída de parte de las instalaciones del Colegio Enrique Rébsamen de la Ciudad de México, en el que se impartían clases de preescolar, primaria y secundaria.
La escuela se ha convertido en uno de los símbolos de la tragedia en Ciudad de México e Infobae pudo ingresar al recinto donde cientos de rescatistas intentan acercarse a los niños atrapados bajo los escombros.
Guillermo Ayala, funcionario del ministerio de Educación, explicó que se está contactando con los padres de los alumnos "para ofrecerles diversas alternativas para que reanuden las clases lo más pronto posible". Señaló que en el Colegio Rébsamen estudian aproximadamente 400 menores.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el derrumbe en el colegio causó la muerte de 25 personas: 21 niños y 4 adultos.
Los especialistas aseguran que todavía hay atrapados con vida, por lo que escuchar sus pedidos de auxilio es fundamental. Es por esto que hay una señal que se ha vuelto universal para todos en estas horas de angustia: el puño en alto. Cuando los jefes del operativo levantan el puño, todos callan. Y en silencio, se intenta escuchar gritos en medio de las ruinas.
El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, aseguró que "los grupos rescatistas y las Fuerzas Armadas han tomado la decisión de continuar la búsqueda hasta que sea una búsqueda con éxito". Y destacó que "las pruebas de escáner, de movimiento" han detectado "cuerpos con algún tipo de calor".
La versión "más consistente" es que hay una niña con vida entre los escombros, según los testimonios de los rescatistas, quienes han asegurado haber escuchado una voz u otras señales como golpeteos.
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