Una cifra lo revela todo: de 2012 a 2016 el decomiso de metanfetaminas en México creció 123 veces. La cantidad de esta droga arrebatada al narco pasó de 185 a 22.957 kilos. Al menos así lo revelan las cifras de Operaciones contra el Narcotráfico publicadas por el Ministerio de Defensa en el país.
Ésta fue la droga sintética que más ha crecido durante el actual sexenio, a menos así lo muestran las estadísticas de decomisos. Aunque desde finales de los ochenta se tienen noticias de su fabricación y consumo en el mundo, en el caso de México la "metha" como se le conoce en las calles llegó a desbancar a la cocaína por distintas razones, según señalaron analistas a Infobae.
La primera es que a diferencia de la cocaína, no los hace dependientes de los cárteles colombianos o las mafias centroamericanas, los precursores químicos para su elaboración son relativamente fáciles de conseguir y no están sujetos a condiciones climáticas, como en el caso de la marihuana y la amapola.
Y en México tiene importantes puntos para la llegada de insumos y para la salida del producto terminado como son los puertos de Lázaro Cárdenas y Manzanillo, en el Pacífico; y Veracruz, en el Atlántico.
La diferencia en precios también la hace más competitiva que la coca cuyo precio en el mercado negro es de USD 12.500 por kilo, mientras que el de la metha llega a USD 14.500.
El Data Suplement 2015 elaborado por el gobierno de Estados Unidos dentro de su Estrategia Nacional para el Control de Drogas compara que en 1990 un gramo al menudeo de cocaína con una pureza de 57% tenía un precio de USD287, mientras que uno de metanfetamina con una pureza de 40% llegaba hasta los USD 663.
Una década después los precios casi se equilibraron, pero la metha aumentó en pureza: un gramo de cocaína con una pureza de 44% llegaba a los USD186, mientras que uno de su competencia con una pureza de 91% costaba USD194.
Y para los cárteles de la droga ofrece una gran ventaja: "Es aún más adictiva que la cocaína", dice a Infobae Bruce M. Bagley, profesor del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad de Florida.
"La metanfetamina es una droga sintética. No es un narcótico, sino un estimulante. Hace daño terrible a los dientes y huesos", agrega.
Considera que los pequeñas grupos criminales que no tienen acceso a las rutas controladas por los grandes cárteles, también pueden acceder al negocio en pequeños territorios que no están ocupados.
"Al ser producida de manera sintética, siempre se puede innovar con un nuevo tipo de molécula. Desterritorializa la producción, como no sucede, por ejemplo, con los opiáceos naturales o con la cocaína. Sin embargo, esto no implica que la demanda por las otras drogas desaparezca de los principales mercados mundiales. Aquellos que ya han consolidado una demanda importante mantienen rangos cíclicos, con incrementos y decrementos temporales, pero hoy por hoy no se aprecia un fin permanente en la demanda de determinado tipo de droga", señala a Infobae Carlos Flores, analista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), en México.
La Iniciativa Mérida y la "Metha"
En 2008, los gobiernos de México y Estados Unidos establecieron un proyecto de coordinación con Centroamérica para combatir al crimen organizado llamada Plan o Iniciativa Mérida.
La pagina web de la Embajada de Estados Unidos define a este acuerdo como "un capítulo histórico de cooperación" al que su gobierno ha destinado importantes recursos en efectivo y en entrenamiento y equipamiento –aproximadamente USD 900 millones anuales.
Bagley, autor de distritos libros sobre el narcotráfico como Drug Trafficking in the Americas, consideró que el intento por parte de EEUU de detener el tráfico de droga a su territorio desde México propició que los cárteles buscarán un nuevo negocio, por eso es que años después empezaron a producir la metanfetamina en mayor escala.
"(La producción aumentó) principalmente por el aumento de los esfuerzos de Estados Unidos y México para interceptar e incautar cocaína a través de la Iniciativa Mérida y eso llevó a muchos traficantes mexicanos a diversificarse hacia la metanfetamina", reiteró.
En el caso de Estados Unidos, estima que el número de adictos a esta droga crece entre 750.000 a 800.000 personas al año.
El tráfico de México hacia otros países está controlado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, pero en años recientes se han detectado en ciudades como Nueva York a grupos independientes de mexicanos que elaboran la droga en laboratorios clandestinos.
Reportes de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), el Cártel de Sinaloa distribuye la droga en Estados Unidos, Canadá, Australia, Europa, África y Asia.
Su competencia, el CJNG lo hace en Estados Unidos, el lejano Oriente, África y Europa.
En el caso de México, la producción se concentra en los estados de Sinaloa, Jalisco y Michoacán, lugares donde se han detectado la mayoría de los 598 narco laboratorios destruidos entre 2012 y el 31 de agosto de 2017, según los datos de la Defensa.
Entre las sustancias utilizadas como insumo encontradas en estos laboratorios están la efedrina y la seudoefedrina, ácido fenilacético, cianuro de benzilo o aldehído benzoico y el nitroetano, metilamina, metiletilcetona y éter.
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