El escándalo desatado la semana pasada por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros, (OFAC por su siglas en inglés) al vincular al capitán de la selección mexicana, Rafa Márquez, con una red internacional de blanqueo de dinero que presuntamente encabeza Raúl Flores, puso nuevamente en la mira al estado de Jalisco como el preferido por los narcos mexicanos para limpiar sus capitales.
La OFAC incluyó en su lista a 42 empresas localizadas en Jalisco, las cuales forman parte de los 305 negocios mexicanos investigados por la autoridad, de los cuales 156 están registradas en el estado, concentradas en Guadalajara, Zapopan y Puerto Vallarta, este último un famoso destino turístico.
Jalisco es conocido como la tierra del mariachi y el tequila, pero después de Sinaloa es el estado que tiene una relación más estrecha con el tema del narcotráfico y es que sus historias van de la mano.
A mediados de los años setenta, la llamada "Operación Cóndor", para muchos el inicio de la guerra contra las drogas, expulsó de Sinaloa a un grupo de capos importantes que encontraron en Guadalajara, la capital, un refugio para continuar con sus actividades ilícitas.
Este grupo entre los que se encontraban Rafael Caro Quintero, actualmente prófugo de la justicia; Ernesto Fonseca Carrillo "Don Neto" y Miguel Ángel Félix Gallardo, quienes integraron el llamado Cártel de Guadalajara. Los tres líderes cayeron presos luego de la desaparición y muerte del ex agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, en 1985, y parte de su estructura fue la base para integrar el Cártel de Sinaloa.
Con los recién llegados, la capital de Jalisco floreció: empezaron a construirse grandes fraccionamientos de lujo, plazas comerciales, hoteles, pero también los enfrentamientos en las calles.
El estado ofrece una serie de ventajas que lo han convertido en el preferido de distintos cárteles como el Sinaloa, Tijuana, y Jalisco Nueva Generación para blanquear sus capitales.
"Aquí es donde algunos capos en los años ochenta vieron muy atractivas muchas condiciones como flexibilidad con los políticos para vivir aquí. Se vinieron no sólo capos sino familias completas a vivir porque era un paraíso donde encontraron educación para los hijos, empezaron a convivir con los hijos de políticos y se fue gestando así una simbiosis entre estos grupos de delincuencia", afirma Francisco Jiménez Reynoso, investigador de la Universidad de Guadalajara, en Jalisco.
El académico asegura que el estado se ha convertido en un lugar ideal porque "nadie ve nada, nadie investiga, nadie los denuncia, nadie se mete con los capos, nadie tiene miedo, son hasta bien vistos y aplaudidos. Organizan fiestas faraónicas a las que invitan a la gente y la gente va".
Con más de tres décadas operando en la entidad, señala, el narco se siente cobijado en Jalisco, gracias a que sus lazos políticos y sociales les han permitido asentarse.
"Jalisco se convirtió en el laboratorio de lavado del narco y eso es histórico, los hijos de Caro Quintero se afincaron en Jalisco a gestionar los recursos del padre mientras estaba en prisión", afirma el analista Carlos Rodríguez Ulloa, analista del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede), un think tank mexicano especializado en temas relacionados con los distintos aspectos de la seguridad pública.
En la tierra del mariachi y el tequila
Entre las ventajas que a más de tres décadas de distancia ofrece el estado están que tiene una clase media pujante a la que le gusta el dinero sin importar el origen; el estilo de vida narco se ha convertido en un modelo aspiracional y las autoridades locales ven los cárteles con cierto temor.
La última red de lavado destapada por el Departamento del Tesoro, con base en Guadalajara y Zapopan, es la de Raúl Flores Hernández, en cuya estructura quedaron implicados el futbolista Rafael Márquez, el cantante Julión Álvarez involucra a 42 empresas de Jalisco que abarcan principalmente actividades caritativas, deportivas y relacionadas con el entretenimiento.
Económicamente es el tercer estado más importante del país y tiene una ubicación geográfica que lo conecta con el Pacífico, lo que obliga a que por aquí pase gran parte del comercio con Asia. Tiene espacios turísticos de calidad como las playas de Puerto Vallarta, una de las preferidas por el turista extranjero.
Tiene aeropuertos, conectividad con los estados del norte y del sur, importantes servicios financieros y distintos espacios hacia donde crecer y por otro lado, no es una economía tan grande como la de la Ciudad de México, por lo que hasta cierta forma aún ofrece a los capos y a sus negocios anonimato.
"Jalisco es una sociedad más pequeña y manejable, si buscas un socio en la Ciudad de México, necesitas estar sujeto a muchas cosas y Jalisco todavía es un 'pueblo grande' que se maneja de cierta forma como redes familiares y eso facilita mucho el lavado", afirma el investigador de Casede.
En la entidad, el negocio del blanqueo ha evolucionado desde la década de los ochenta, cuando estaba muy relacionado con el cambio de divisas. Después pasó a la construcción de desarrollos inmobiliarios y a la compra de casas. Posteriormente se concentró en el mercado del oro y metales preciosos.
En este momento está desarrollando un nuevo nicho relacionado con el sector servicios como hoteles, agencias de publicidad, de diseño, casas productoras, espectáculos
"La ola de dinero ha sido tan grande que ya estamos en la segunda y tercera etapa que ya tiene mucho que ver con el tema de finanzas internacionales", apunta el analista de Casede.
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