Hace 15 días un par de hombres armados en el estado de Tamaulipas, México, secuestró a la ciudadana española Pilar Garrido Santamans de 34 años. La mujer desapareció el 2 de julio en la carretera Soto La Marina con dirección Ciudad Victoria.
Pilar, su marido y su pequeño hijo pasaban unos días de vacaciones en el estado y al momento del secuestro regresaban de la playa La Pesca rumbo a Ciudad Victoria.
El vehículo de la familia fue interceptado por dos hombres armados, quienes los obligaron a bajar, llevándose a la mujer y dejando a su esposo y al bebé.
Aunque las autoridades de seguridad no dieron a conocer el nombre de la víctima, "para no ponerla en riesgo", su familia ha emprendido una campaña en redes sociales para conseguir información que ayude a su localización.
Amigos y familiares han publicado en sus cuentas de Facebook una descripción de Pilar: "Rubia, 34 años, madre de un bebe, el día de suceso llevaba puesto el vestido negro y azul de la foto. Rogamos máxima difusión, cualquier información pónganse en contacto al número de teléfono 088 policía federal".
Uno de sus amigos afirmó en redes sociales que Pilar acababa de apoyar la liberación de tortugas marinas.
Luis Alberto Rodríguez, vocero de Seguridad en el estado, informó a los medios de comunicación que el estatus de la española es de "persona no localizada" y no secuestrada, ya que hasta ahora nadie ha pedido rescate.
La Fiscalía estatal ha realizado diversos operativos de búsqueda en la región de Soto La Marina en los que "han participado decenas de Policías Federales y de la Fiscalía de Tamaulipas, con apoyo de caninos y un helicóptero", según un comunicado.
Tamaulipas es considerado un territorio en conflicto por la disputa entre cárteles que se da entre los Zetas y el Golfo.
Pilar es la segunda ciudadana española que desaparece en México en menos de un año. En septiembre de 2016, una sobrina del presidente de la Federación Española de Futbol, Ángel María Villar, fue secuestrada en la capital del país luego de que tomará un taxi en la calle.
Después de secuestrarla, sus captores recorrieron con ella varios cajeros electrónicos para disponer de efectivo, un día después se pusieron en contacto con la familia para pedir rescate. El pago fue inferior al que solicitaban inicialmente. La joven apareció muerta dos días después en el Estado de México.
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