En el año 2003, el estudio "Patrones del Terrorismo Global", ordenado por el Congreso estadounidense, reconocía a México como "un fuerte partidario" de la lucha contra los grupos extremistas.
"Los militares mexicanos han estado en alerta desde los ataques del 11 de septiembre, incrementando sus revisiones a través del país. México ha cooperado completamente con los Estados Unidos en implementar un programa de 22 puntos para la frontera, que pretende mejorar la seguridad en la frontera, hacer expedito el flujo de personas y facilitar el seguro flujo de bienes por la frontera", citaba el reporte.
Catorce años después, los EEUU cambiaron su percepción sobre la forma en la que México combate al terrorismo. En los últimos dos años, especialistas conservadores se han dado a la tarea de difundir información sobre la supuesta presencia de campamentos y reclutadores del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en territorio azteca.
La última acusación llegó la semana pasada de parte del secretario de Estado, Rex Tillerson, quien durante una comparecencia ente el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta sugirió una presunta relación de cárteles de la droga con organizaciones terroristas, incluyendo al ISIS.
"Claramente vemos la conexión de estas actividades con organizaciones terroristas, incluyendo el Estado Islámico", dijo solo días después de que el secretario de Seguridad, John Kelly, hiciera afirmaciones similares.
Donald Trump marcó esa línea en un discurso en Washington el 20 de septiembre de 2016, cuando en su intento por defender el muro que quiere construir en la frontera con México, asoció al "sistema migratorio abierto" con el terrorismo.
Pero hasta ahora, ni medios de comunicación ni políticos ni las agencias de inteligencia estadounidenses han podido comprobar la presencia de grupos extremistas en territorio azteca.
"Persistir en esa ruta llevará aún a más confusiones, y por tanto, a imprecisiones para hacerles frente a los grupos terroristas de forma específica y, sobre todo, efectiva", dijo a Infobae Javier Oliva Posada, profesor visitante de la London School of Economics.
El campamento de ISIS y el maestro de karate
El Instituto Británico de Defensa IHS Jane's dio a conocer en un informe de 2016 que al menos 150 mexicanos estarían afiliados a ISIS, de los cuales 65 estarían muertos y de cuatro se desconocía su destino.
Analistas han reconocido que existe la posibilidad de que desde el lado mexicano de la frontera se podría realizar un atentado a través de un drone, pero hasta ahora no existen pruebas convincentes de la presunta operación de estos grupos.
En abril de 2015, la organización conservadora estadounidense Judicial Watch publicó en su portal la presunta ubicación en Ciudad Juárez, Chihuahua, de un campamento del ISIS. El Ejército mexicano y agentes federales habrían encontrado documentos en árabe y urdu –una lengua que se habla básicamente en Pakistán y la India-, alfombras de oración musulmanas y planes de un campamento.
Autoridades de México y los Estados Unidos negaron la información.
En septiembre de 2015, el periodista Carlos Loret de Mola denunció en el diario mexicano El Universal la presencia de un supuesto reclutador del ISIS que operaba en la ciudad de León, Guanajuato, quien entonces habría logrado captar a una decena de personas de México y los Estados Unidos.
El hombre estaba presuntamente vigilado, pero seguía operando a través de una escuela de artes marciales y acupuntura. Estuvo casado con una mexicana de la que se divorció cuando logró nacionalizarse.
El periodista no dio a conocer el nombre del presunto reclutador del ISIS, pero afirmó que las autoridades estaban a la espera de una orden de extradición del Reino Unido para enviarlo a ese país, ya que en México "el reclutamiento para organizaciones extranjeras no está tipificado como delito".
En mayo trascendió que en la Ciudad de México habían sido detenidos tres ciudadanos yemeníes y jordanos relacionados con actividades terroristas. La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) en una tarjeta informativa negó que los extranjeros estuvieran relacionados con esta actividad, solo se comunicó que habían sido deportados al no poder acreditar su estancia legal en suelo azteca.
Que Tillerson presente pruebas
Analistas y el mismo gobierno consideran que ya son varias las acusaciones que han hecho los EEUU sin fundamento en el tema de la presunta relación entre los cárteles del narco y grupos terroristas.
"Evidentemente no existe esa vinculación, como la aprecia el señor Secretario de Estado. Probablemente se englobe en el término de terrorista todo aquello que atenta contra un Estado de derecho", afirmó a medios de comunicación Humberto Roque Villanueva, subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de México.
"Que haya una asociación directa en México entre los cárteles de la droga y el terrorismo islámico yo no lo veo", agregó.
Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, experto en temas de seguridad nacional y terrorismo aseguró a Infobae que hasta ahora "las agencias de inteligencia de los Estados Unidos no han comprobado vínculos orgánicos entre las organizaciones delictivas mexicanas y grupos terroristas internacionales".
Considera que los casos como en el Anapra y el maestro de karate no se deben tomar en serio ante la falta de pruebas, o, en todo caso, son hechos "aislados".
Oliva Posada fue claro al asegurar que las afirmaciones de Tillerson "sin una sola evidencia" son "peligrosas", y ese es "el punto débil" de las acusaciones hechas por los Estados Unidos.
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