La joven, originaria del norteño estado mexicano de Sinaloa, cuenta a Efe que dejó las harinas, las bebidas gaseosas y la comida chatarra, y las sustituyó por alimentos más sanos, un esfuerzo que le permitió pasar de 195 a 105 kilos.
Dayana fue sometida hace nueves meses a un bypass gástrico por laparoscopía en Guadalajara, capital del estado de Jalisco, en la que los médicos le redujeron su estómago a 50 centímetros cúbicos, a fin de ayudar a combatir su obesidad y la tendencia a ganar peso.
Tras un proceso largo de atención médica, nutricional y psicológica, Castillo se declara lista para su fiesta de 15 años el próximo 24 de junio e iniciar una segunda etapa en su tratamiento, en la que busca perder 30 kilos más.
La adolescente sabe que es un ejemplo para otras chicas en su misma condición, a quienes aconseja "que se atiendan porque sí se puede".
Dayana anhela "bajar más de peso, caminar y estar más bonita", y sobre todo usar más vestidos, una prenda que antes no se podía poner debido a su dimensión corporal.
Su madre, Ramona Carrillo, cuenta que la ilusión de la joven era ponerse vestidos y en la actualidad les riñe porque ahora que adelgazó no se los compran.
Carrillo, quien hace casi un año pidió ayuda para su hija en un programa de radio, recuerda que en las noches movía a Dayana por miedo a que ya no respirara, debido a la apnea del sueño que padecía por su obesidad. Tampoco podía caminar ni tener una vida como cualquier adolescente.
El doctor bariatra José Castañeda, quien atiende a Dayana, afirma que su caso es emblemático del estilo de vida que desarrollan muchos jóvenes que son sedentarios y no cuidan lo que comen.
Explica que no todos los casos de obesidad requieren una intervención quirúrgica y que es posible prevenir esta enfermedad con buena alimentación y actividad física, sobre todo en la etapa de crecimiento, para evitar el desarrollo de una obesidad mórbida.
La pérdida de peso de Dayana le ayudará no solo a "vivir más años de manera más sana", sino a socializar mejor con los chicos de su edad, a no ser víctima de burlas y a tener una mejor calidad de vida.
Los resultados de la segunda etapa del tratamiento serán visibles en los próximos meses, en los que la adolescente tendrá seguimiento nutricional y psicológico.
Con información de EFE