Hace 29 años, el problema de la corrupción en la clase política mexicana estaba centralizado en un solo partido político: el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI). Tras una ruptura entre cuadros importantes que crearon su partido o migraron a otros, el modelo corrupto de esta clase política también migró.
Así lo consideró Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México de la Universidad de Rice, en Texas, Estados Unidos. El reconocido académico, autor de importantes investigaciones sobre los problemas del país, afirmó que en el tema de la corrupción política existen dos responsables: el PRI, cuyos políticos se sintieron durante décadas dueños del país y de su riqueza, y los partidos de oposición, que en su afán de ganar elecciones, nunca se preocuparon por la calidad moral de sus candidatos.
"El PAN (Partido Acción Nacional), el PRD (Partido de la Revolución Democrática) y otros más han recibido la 'bazofia' del PRI. La mayoría de los problemas de corrupción que tienen ahorita estos partidos son por culpa de personajes que fueron priistas y que, al no conseguir las candidaturas que querían, se fueron a los demás partidos, y ahora están pagando las consecuencias porque ningún partido está limpio. Se contaminaron de las viejas mañanas priistas y si quieren hacer algo para recuperar la confianza de la gente, tienen que invertir en formar militantes adoctrinados en sus filas sin los vicios que ya tienen todos", expresó a Infobae.
El PAN, el PRD y otros más han recibido la bazofia del PRI. La mayoría de los problemas de corrupción que tienen ahorita estos partidos son por culpa de personajes que fueron priistas
Payán, quien hace casi un año vaticinó que una victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU despertaría en México un sentimiento nacionalista que favorecería al izquierdista Andrés Manuel López Obrador —puntero en las encuestas de cara a las elecciones de 2018—, hizo un breve análisis de cómo el PRI exportó sus "prácticas corruptas".
Los emisarios
El panista Guillermo Padrés, ex gobernador de Sonora, actualmente preso por haber aumentado en seis años su riqueza en 9.000%, fue priista hasta 1997, cuando se le negó la candidatura a la Alcaldía de Hermosillo, la capital, entonces saltó a las filas del PAN.
Otro ex gobernador panista, Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes, fue sentenciado a seis años de prisión por manejos irregulares en su administración. Es hijo y nieto de notables priistas, pero en 1995 abandonó las filas del partido para integrarse al PAN, del que después fue expulsado por presuntamente apoyar al candidato opositor a la gubernatura.
Un caso más es el de Mario López Valdez, de Sinaloa, cuna histórica de los capos de la droga. En 2010 renunció al Revolucionario Institucional ante la falta de apoyo para ser el candidato a la gubernatura. Apenas renunció, se afilió al PAN. Ahora que recién terminó su administración, se lo señala por haber dejado un faltante en las finanzas públicas de al menos 1.000 millones de pesos (USD 52 millones).
Ángel Aguirre fue presidente estatal del PRI en Guerrero, un estado azotado por la violencia, pero al no ser el candidato a gobernador, engrosó las filas del PRD. Tuvo que pedir licencia al cargo en medio del escándalo por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el 26 se septiembre de 2014.
"Recoger la bazofia del PRI no ha sido bueno para los partidos de oposición —insiste Payán—. En ese aborazamiento de ganar elecciones, han ido recogiendo gente corrupta que tiene una cultura política corrupta y no está dispuesta a combatirla".
A poco más de un año para que en México se realicen elecciones presidenciales, el académico señaló que el PAN, el izquierdista PRD y el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de López Obrador tienen lecciones muy importantes que aprender y sumarse a los acuerdos anticorrupción, "pero no lo van a poder hacer si no crean su propia clase política".
Hizo énfasis en el caso del derechista Acción Nacional, que por la "voracidad" de llegar a poder, "adoptó figuras que comprometen la imagen del partido".
La corrupción, asegura, está en el ADN del PRI y ya es difícil que pueda quitarse esa imagen, y el resto de los partidos, por recibir a su "bazofia", está a un paso de enfrentar la misma situación.
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